40. Lo que todos desean.

4.1K 371 50
                                    


Blair no ha dicho palabra desde que partimos. Se ve linda con ese vestido y con ese ligero maquillaje. Sí, se ve... linda. Parece fresca, aunque no puedo verla demasiado bien si va en el asiento del copiloto. Pero sé que solo son apariencias. En el fondo, se siente de una manera muy diferente. Solo mira los paisajes pasar por la ventana, al mismo tiempo que Sabrina canturrea algo mientras va al volante. Se supone que Reed conduciría, pero dijo que le duele la muñeca.

Maldito vago.

Sin embargo, me preocupa el asunto de Harmony. Sé que dijo que no tengo derecho a pedirle ningún favor, pero a pesar de eso aceptó escucharme. Es sin duda una gran amiga. A pesar de todos los errores que he cometido, me ha aceptado. Aun así, eso no quiere decir que esto no tenga consecuencias.

Y al ver a Blair de esta manera... me ha quedado muy en claro.

Sin embargo no me voy a rendir con esto. Voy a ser persistente y lo lograré cueste lo que cueste. Aunque Harmony diga que es poco viable y para nada rentable, encontraré una manera de lograrlo. Definitivamente.

Tocaré las puertas necesarias, así como ella lo hizo. Haré que me abran las puertas que a Blair le cerraron, solo para ella.

Es muy bueno, Alex. De verdad. Y no lo digo porque sea Blair o por compasión, lo digo desde el punto de vista profesional.

— ¿Entonces cuál es el problema?

Harmony toma un sorbo de su taza de café, sin embargo no la baja. Se queda escondida detrás de ella, con la mirada hacia abajo. Y la conozco lo suficiente como para saber qué hace eso cuando no tiene la respuesta a una pregunta que le frustra no poder responder.

— ¿Vale la pena? ¿A este punto?

—Lo vale. Incluso si Blair ahora no quisiera nada de esto, sé que antes esto es lo que habría querido. Es lo que en el fondo quiere. Estoy seguro de eso.

Harmony suspira.

—Lamento decirte esto Alex, pero... no es rentable. Para nada. No olvides que mucha gente la odió y aunque las aguas se hayan apaciguado no es que muchos la apoyen precisamente.

—Pero... pero lo necesita. Ese reconocimiento que vino a buscar a Los Ángeles lo necesita ahora más que nunca. ¡Solo hay que mirarla!

—Lo sé, y sé que quieres ayudarla, pero no sé si esta sea la mejor solución.

Agacho la mirada. Ya sé que puede que esto no sirva para nada, o que empeore las cosas, pero aun así siento la necesidad de hacerlo. No puedo quedarme de brazos cruzados viendo como una lucha tan larga como la de ella termina de esta manera. No permitiré que termine aquí.

No lo permitiré.

—Tú solo... sigue moviendo contactos. Algo lograremos hacer.

—Pero Alex-

—Incluso si no sirve para nada. Aunque tenga que mover cielo y tierra, no voy a permitir que esto se quede así.

Aun así una parte me dice que esto valdrá la pena. Aunque ahora mismo no pueda verificarlo con certeza y exista la posibilidad de que me odie por esto, tengo que intentarlo. De una u otra forma, se siente como si su sueño se hubiera vuelto el mío.

Eso tomará tiempo, pero antes de eso tengo que encargarme de ella. No pienso dejarla así.

Una canción suena ligeramente en la radio y Diana se ha quedado dormida recostada contra la ventanilla. Reed la mira de reojo, pero de inmediato regresa su mirada al volante. Pero... es raro. No la miró de un modo normal. No, no es posible. Reed es demasiado complicado para esas cosas.

Corazón de aceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora