❀ Intruso ❀

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Danzaba al compás de la canción que ya es bien conocida, cada paso era delicado, giraba, iba y venia, sentía la suave brisa en mi cara, aquel hermoso salón que me decía a gritos que era de oro y su piso de cristal, decorado de intrusas espinas y diamantes que colgaban, me deje guiar por el ritmo.

- Es usted toda una novedad - decía aquel acompañante.

- No debería de intentar algo - dijo otro oculto en las sombras.

De alguna manera me sentía libre y con el cuerpo más ligero.

Pero como siempre debes volver a tu realidad.

- Hola - decía un chico delante mío.

Genial, Rumí se enferma y me deja sola, pero debe cuidarse y agradezco que lo haga. Miro al chico fijamente, me imagino que espera una respuesta, pero esta no llegara nunca a menos que él hable y me diga que desea.

- Me llamo... Unax, emm yo, quería saber si quisieras estar conmigo hoy... - se le veía nervioso y supongo que es aún más lógico si yo le miraba inexpresiva.

- No, gracias- me límite a decirle y seguí comiendo.

A lo lejos divise a la loca y al vicepresidente acercándose a mi mesa, yo sólo suspire.

- Vamos, rápido - le mire extrañada, como ya sabemos el tiempo actúa de manera extraña, por lo que no había notado que me tomo del brazo y salimos corriendo hasta estar por la oficina del director - Genial, lo logre - decía mientras tomaba aire.

Yo no lo necesitaba pues ni siquiera había logrado reaccionar hasta ahora.

- ¿Por qué hiciste eso? - le mire incrédula.

- No podía dejar que te golpearan - Entonces... Me pareció escuchar el chiste más gracioso del mundo y comencé a morir de risa y él sujeto me miraba con algo de miedo.

Me seque una lágrima y me sujete la panza que comenzaba a dolerme por la risa.

- Uff... Muy bueno ¿Podrías contarme otro? - le mire divertida.

- ¿Qué? Christine estoy hablando enserio - me miro serio y mi cara se desfiguró.

- No me vengas con tonterías, ahora apareces y me defiendes... ¿Dónde estabas antes? Nunca te había visto, pero todo el mundo sabe perfectamente lo que me ocurre, así que no me vengas con tu "ni pidía dijir qui ti gilpiarin" - me gire para retirarme de la presencia del tipo ese, pero me sujeto un brazo.

Me solté bruscamente.

- Escucha... Se que antes no hice nada y ... De verdad que lo siento ¿vale? No puedo recompensar todo eso, pero... Debes entenderme, yo, soy amigo del vicepresidente.

- No me voy a juntar con alguien de su séquito.

- Aguarda, se que lo que él hace no esta bien, es por eso que te ofrezco mi ayuda, yo... Él y yo nos conocemos desde pequeños, así que no sabia siquiera como reaccionar, pero ya no puedo dejarlo pasar.

- ¿Y luego? - era simplemente detestable.

- Sólo, dame una oportunidad ¿si? Y... Te intentaré recompensar por todo.

- Vete a la mierda - seguí caminando.

¿Adivinan qué paso? Si, exacto, no logre despojarme de él, todo el día me siguió como chicle, lo único bueno es que sabia la existencia del espacio personal y no era taaan molesto.

A la hora de la salida logre sacarme de encima al chicle andante, así que luego me encamine a la casa de Rumina, al llegar toque y la vieja me abrió, pero luego me cerro la puerta en la cara al ver que era yo, supongo que se trago enterito lo del dichoso beso, por lo que tuve que rodear la casa y entrar por la puerta trasera y usar mis habilidades de ninja y escabullirme hasta la habitación de Rumina, al entrar mire la cama abultada y me lance a ella, pero no había nadie...

- ¿Rumina? - nadie contestó.

Abrí los ojos como plato y salí corriendo, la vieja me vio y me lanzo un plato, agradezcan que no me dio, salí como pude a toda velocidad.

- Que idiota eres - reí y comencé a llorar.

Al fin logre llegar y ella estaba ahí envuelta en sabanas.

- Eres realmente idiota Rumina - la abracé.

- No quería llegar a casa, lamento dejarte sola hoy, pero estaría tose y tose y me sacarían de clase, además que sería realmente difícil escapar de los idiotas... ¿Te hicieron algo? - me hizo un hueco a su lado y me senté para abrazarla.

- No, gracias al chicle andante - reí, ella me miro extrañada.

- ¿Chicle andante? - ¿Acaso tengo cara de alíen?

- Nada importante.

Seguimos allí un rato y creo que nos quedamos dormidas, al levantarme todo me dolía, ya me había quedado a dormir allí antes, pero siempre olvidaba lo poco cómodo que era.
Le dije a Rumina que se quedara en mi casa y así lo hicimos... Ahora que recuerdo, tiene una semana que no sé nada de Sasha o de mi padre.

Entre a la habitación de Sasha y tome las playeras más grandes que encontré y le pase una a Rumina y la otra me la coloque yo, nos acostamos y mirábamos al techo.

- Es lindo volver - sonreía.

- Así es, te extrañe - la abrace.

- Yo maaaas - me abrazo igual.

Nos quedamos así hasta que morfeo nos hizo una visita.

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Es el capítulo más corto, lo siento, falta de creatividad de la escritora :v

Pd: con lo de las camisas iba a poner " le preste una pijama" hasta que recordé que ella no tiene más ropa :b

Atrapada en mi mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora