Capítulo 4: El beso limpio

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Era de noche, estaba pensando en mis amigos, y me preguntaba cómo estarán, solo espero que no pasen lo que yo. Todas las noches desde que desperté, me despierto en medio de la noche para llorar y tener una crisis. Tal vez esta vez no la tenga. Me levanto para ir a mi ventana, agarro mi cabello en una coleta alta, y me siento justo en frente de la ventana.

Veo la Luna pero al mismo tiempo no lo veo, pues en su lugar ahora la primera cita que tuve con Steve se apodera de mi mente. Ambos riendo, caminando, mirándonos directamente a los ojos y finalizando con un cálido abrazo. Ira, tristeza. Eso se apoderó completamente de mi. Tal vez no vuelva a ver a Steve y tal vez tampoco está buscandome, y si lo está.... no puede encontrarme, ni lo hará. Nadie.

Me levanto para ir al baño y mirarme directamente a los ojos, ¿cuándo me empecé a dar tanto asco? Lloré una vez más pero esta vez golpeé el espejo. Mis nudillos estaban sangrando y me ardieron, y cuando comparé, el dolor de mi pecho seguía siendo el más doloroso.

Tomé una almohada y la golpeé con toda mi furia, mientras más golpeada más fuerte lo hacía, y un recuerdo se apoderó de mi: cuando vi a Steve golpeando el saco por primera vez, el mismo día que Clint me regaló unas flechas para poder practicar. Y ya estaba gritando hasta desgarrar mi garganta, tosí un par de veces, ahora me ardía la garganta, pero seguí gritando, seguí pegándole a mi almohada y cuando dejó de hacer efecto, seguí con la pared, abriendo la piel de mis puños sin sentirlo, gritando en la obscuridad. Necesitaba un trago... no, necesitaba morir.

La puerta de mi habitación se abrió rápidamente y la luz se encendió. Loki corrió para acorralarme contra la pared sin darme espacio para poder moverme, empecé a empujarlo sin éxito y seguía gritando, y ocurrió lo que nadie se esperaba. Sus labios callaron los mios, y ahí se quedaron, ahí nos quedamos, hasta que empecé a moverlos lentamente mientras el me seguía para que luego sea yo quien lo siguiera a él.

Y aunque sea imposible, mi mente dejó de torturarme, mis músculos se destensaron y mis lágrimas dejaron de caer. Loki se separó para mirarme a los ojos, y cuando vi los suyos, advertí lo que hizo, había absorbido todo lo que sentía y ahora el lo estaba sufriendo, sus ojos lloraban, y podía sentir cómo pedían ayuda en un grito interno, pero el no decía nada, solo me miraba.

-no lo hagas Loki, no lo vuelvas a hacer, tu no tienes porqué sufrir mi castigo- le dije tomándole la cabeza

-tu no mereces ningún castigo- me dijo con un hilo de voz y volvió a besarme esta vez para que ninguno se sienta mal.

Nos sentamos a la luz de la luna y juntos vimos en silencio el frío amanecer.

¡Hay una Stark suelta! 2T | RagnarokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora