Capítulo 39: Celda 204

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Habían pasado horas desde que Bruce había vuelto. Al ver a ____ casi se desmaya otra vez, pero ese periodo ya había pasado.
Valkyria decidió unirse a ellos y ahuera, ____, Thor y Bruce, la seguían hacia Loki, el plan de la nave se había ido por el caño y necesitaban un plan B.

Las puertas se abrían automáticamente antes de que llegaran, y se cerraban detrás. Atravesaron pasillos ridículamente grandes y largos, hasta que la última puerta se abrió con código, dejando ver a Loki entre cadenas, sentado en una simple silla.

-¡sorpresa!- dijo simplemente

____ sonrió negando, no podía imaginar qué cosa habría hecho esta vez para acabar entre cadenas por quinta vez en toda su vida.

Bruce por su parte abrió los ojos como platos, estaba completamente anonadado con tal personaje escalofriante, con el que compartía rivalidad gracias a los sucesos en New York
-Loki- pronunció

-Hola Bruce- respondió el otro con simpleza en la voz

-que gusto verte sin tratar de dominar planetas o matando personas- dijo acercándose, el resto solo avanzaba.

-depende del momento- respondió Loki haciendo que Bruce se espantara y caminara directo a sus amigos.

***

La luz era dolorosamente cegante, no había visto la luz desde hace días, la piel de sus muñecas sangraba gracias al metal que las rodeaba y los días que se habían mantenido así. Sus manos estaban moradas, sus brazos alzados y tu cuerpo cansado.
Unos tacones resonaron en el suelo dándole la bienvenida a una mujer hermosa, sus cabellos naranjas caían sobre sus hombros hasta sus pechos. Su espalda perfectamente derecha, sus labios redondos, su cuello largo, sus ojos azules y sus cejas finas le daban el aspecto perfecto de una hermosa mujer, vestida con una bata blanca y pulcra.

El suelo de la habitación no compartía esa suerte.
El no había escuchado más que una gotera en eco durante días, lo suficiente para dejar de escucharla sin que dejara de volverlo loco.

Alzó la cabeza a ella, o eso trató, sus músculos habían estado encadenados con dolor por días y ahora su visitante tan limpia y simple, lo hizo moverse de nuevo.

-Celda 204, Steve Rogers... sin violencia- decía a nadie en especial -hola por cierto- su voz femenina no hacía el mismo eco que la gotera de la sucia habitación.
La luz seguía cegándolo de todos modos, así que no respondió-
La chica caminó a él y le ofreció un vaso de agua como a un bebé.

Por supuesto el hombre no bebió, solo tosió hasta terminar con su aliento.
La chica lo limpió con su blanca manga y se levantó de nuevo.
-morirás de sed si no bebes, no es una forma grata de terminar con la vida de un héroe, ¿no crees?- 

El la miró por fin. Su cabello rubio ahora caía frente a sus ojos. Bufó con asco al verla tan limpia, era la primera vez que alguien entraba a la celda así de decidió por cooperar antes de perder la única compañía humana que había tenido en semanas.

-Morir de sed es mejor que ser asesinado por ustedes- 

Ella sonrió levemente por apenas dos segundos y se giró para irse.
-para un super soldado no debe ser difícil soltarse de cadenas, pero es obvio que estas han logrado su propósito, ¿podrías decirme por qué?-

Steve bajó la mirada de nuevo, su garganta se contrajo, su corazón se aceleró y sus ojos se humedecieron.

-querido- llamó ella -responde cuando te hablo- le ordenó

Steve bufo con rabia y tras apretar la mandíbula la miró
-por que si me libero, matarás a mis amigos-

Ella sonrió -oh no querido, yo no los mataré... Él si- señaló en la puerta, una sombra entró casi hasta la otra pared, y luego las botas pisaron el piso sucio de la habitación. Bucky Barnes, inexpresivo y casi cual zombie se quedó ahí parado, sosteniendo su armamento como su único amigo.
Steve lo miró con dolor y volvió a su posición inicial.

-bebe y estarás vivo- dijo la mujer

¡Hay una Stark suelta! 2T | RagnarokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora