Capítulo 7

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Eran pasadas las tres de la tarde, cuando Bárbara hacía su aparición por el piso diez. Venía enfadada, se notaba de lejos que traía la vena del cuello palpitando de rabia. Micaela la miró de reojo, la mujer parecía un tren que arrasaría todo a su paso. 

—¿Dónde está Mateo?— preguntó bruscamente a su secretaria. 

—Está en la oficina de la señorita Florencia. Ella llegó hace... 

Ella la dejó hablando sola y caminó hasta la oficina de su hermana.  

  —Uyyyy— resopló Micaela por lo bajo—, señor dame paciencia para aguantar a esta mujer. Mándale a la horma de su zapato para que lo ponga en vereda.

Micaela sacó una paleta dulce y se la metió en la boca para pasar el trago amargo. 

Bárbara abrió la puerta de la oficina de su hermana y la encontró hablando animadamente con su hijo. 

—Florencia, ¿no dijiste que no vendrías hoy a la oficina?  

  —Se suponía que iba a estar todo el día en el puerto, pero al final me desocupé antes. Y a ti, ¿cómo te fue? Traes una cara. 

Mateo, viendo el ceño fruncido de su madre, decidió salir de ahí y dejar a las adultas solas. 

—Ni me lo recuerdes, vengo del almuerzo con el representante del banco. 

—Sí, eso lo sé, por lo visto no te fue tan bien. 

—Llegué al restaurante y me encuentro con que el represéntate del banco es una mujer. Una tal  Valentina Villagra. No sé si Martín me está tomando el pelo o qué.  

—¿Qué tiene que ver con que sea mujer Bárbara?— le dijo Florencia cruzándose de brazos y levantando el mentón, claramente ofuscada. 

—Florencia, este es un negocio de millones de dólares, no puedo entregárselo a cualquier persona así como así. Además no todas las mujeres están capacitadas para ocuparse de estos asuntos. 

—Gracias por lo que me toca. — dijo Florencia levantándose de su silla para encáralo. 

—Tú eres la excepción Florencia.

—¿Y por qué la señorita Villagra no puede ser la excepción también? No creo que Martín la dejara a cargo de algo tan importante si no estuviera capacitada. 

—No sé, esto es algo serio. Le dejé la carpeta con la propuesta y me dijo que en unos días tendría noticias. Creo que no sabrá qué hacer con los papeles, ya veremos si sirve o no. 

—Sabías que eres una maldita misógino, ¿verdad? 

—No Florencia, eso no es verdad. Me encantan las mujeres, pero lejos de los negocios, y más cuando son míos.

—Eres insoportable Bárbara ¿Y qué vas a hacer si la señorita Villagra te hace una buena oferta? 

Bárbara miró a su hermana que estaba cada vez más enojada, en cualquier momento le tiraría algo por la cabeza. Decidió alejarse un poco de ella por las dudas. 

—De momento veremos la propuesta que nos hacen. Si me gusta firmo. Mandaré a Micaela a que lleve y traiga los papeles y saque las firmas que sean necesarias. Solo espero que todo esto salga bien y no me hagan perder ni tiempo, ni dinero.  

—Bueno hermana, ojalá todo salga bien. Y pasando a otro tema, ¿viste lo feliz que está Mateo hoy? Creo que Micaela tiene mucho que ver en eso. Se nota a leguas que se adoran. 

-La Ogro-(Barbica G!p)-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora