Micaela llegó puntual a su cita en el Banktrans. La recibió la representante del banco, la señorita Valentina Villagra. Ellas llevaban algunos días hablando por teléfono y Micaela sintió como si se conocieran de toda la vida.
—¡Micaela, bienvenida!— le dijo la joven mujer.
Micaela quedó sorprendida, Valentina debía tener casi la misma edad que ella y ya se desempeñaba en un alto cargo en ese prestigioso banco.
—Buenos días Valentina. Gracias por recibirme.
Las chicas se saludaron con dos besos en las mejillas y Valentina le indicó a Micaela que tomara asiento en unos de los sillones de la oficina.
—¿Deseas beber algo?
—Solo agua por favor— Valentina sirvió un vaso con agua y se lo pasó a Micaela.
—Bien. Me alegra que por fin nos pudiéramos conocer Micaela. Y si te soy sincera lo que me tiene más que contenta es que seas tú y no tu jefa la que está sentada aquí.
Micaela soltó una risa al escuchar lo que Valentina decía de Bárbara.
—Digamos que la señora Marínez tiene un carácter un poco difícil de tratar.
—¿Un poco difícil? Micaela esa mujer no es un poco difícil, disculpa que te lo diga, pero esa mujer es insufrible ¿Cómo es que la aguantas?
—La verdad es que en un principio me costó un poco, pero yo hago mi trabajo, lo hago bien y ella no tiene de que quejarse. Creo que ya me acostumbré a su forma de ser.
—Micaela, voy a llamar inmediatamente al Vaticano.
—¿Al Vaticano? ¿Por qué? No entiendo.
— Para que comiencen con tu proceso de canonización Micaela. Cualquier persona que aguante a esa ogro debe ser un santo.
Valentina y Micaela se miraron y se echaron a reír en una gran carcajada.
Luego de que revisaran juntas los documentos con la propuesta de la Naviera Martínez y de que Valentina le entregara otra carpeta con la contra propuesta del banco, Micaela se despedía de Valentina.
—Bueno Valentina, fue un gusto conocerte. Le llevo los papeles a la señora Martínez y de seguro que ella se pondrá en contacto contigo.
—Para mí también fue todo un gusto conocerte Micaela. Y tengo la impresión de que nos seguiremos viendo.
—¿Por qué dices eso Valentina?
—Seamos honestas Micaela, tu jefa te envió a tratar este negocio conmigo porque le molesta que yo esté a cargo de una transacción tan importante. Me lo dejó bien claro la primera vez que la vi. No cree que todas las mujeres seamos capaces de manejar una empresa o hacer negocios de millones de dólares. Pero para mí es mejor tratar contigo que con esa ogro.
Micaela sonrió al recordar a Bárbara. A la ogro que tenía que aguantar a diario, a la mujer que la había besado con pasión el día anterior.
Las chicas se despidieron y Micaela salió del banco para volver a la naviera.
Entró en el vestíbulo, llegó a su escritorio, dejó su bolso y se dirigió a la oficina de su jefa para informarle de la reunión con la representante del banco y entregarle los papeles que ésta le enviaba.
Tocó la puerta y Bárbara la hizo pasar a su oficina. Apenas ella ingresó en el despacho sus mejillas se sonrojaron. Ella la miraba fijamente, como un halcón que observa a su presa.
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-La Ogro-(Barbica G!p)-
FanfictionLos ogros al igual que las cebollas tienen muchas capas y que se necesita de alguien que, con paciencia las vaya sacando una a una.