El sábado llegó y Micaela se preparaba para correr. Bajó a la calle y con la música sonando en sus oídos se encaminó hasta el parque. Bárbara esperaba en una esquina, como cada sábado, a que Micaela pasara para luego ella acercarse y trotar a su lado. Pero esta vez, no aceleró el paso para situarse a su lado, sino que, bajó el ritmo del trote y la siguió a corta distancia.
Desde esa posición podría admirar la parte trasera de Micaela en todo su esplendor. Su trasero y sus piernas que tan bien lucían en la ropa deportiva que llevaba puesta. Bárbara no despegó los ojos de ella en todo lo que duró su trayecto. Miraba cómo la coleta de ella se mecía con el movimiento del trote. Por su mente pasaban tantas imágenes de Micaela y ella, de una cama, de sus labios rojos y carnosos que besaban como nadie. De pronto Bárbara se detuvo de golpe, viendo cómo ella se alejaba por el parque. No debía seguir con esa situación, era mejor olvidarse de ella. No volver a frecuentar ese parque. Bárbara estaba dudando de su salud mental. En un momento quería estar con ella y hacerle el amor y al otro no quería saber nada de ella.
Sentía que engañaba a su difunta esposa con cada pensamiento que le dedicaba a Micaela.
Micaela entraba en su departamento luego de haber corrido por el parque, y haberse decepcionado al ver que Bárbara no había ido a correr como cada fin de semana. Tal vez ella ya no iba a correr al parque para evitar encontrarse con ella y eso la lastimó más.
Entró en la cocina y se encontró con Karen y Javier que estaban desayunando y reían muy animadamente.
—Hola pareja—dijo Micaela mientras sacaba una botella de agua desde el refrigerador.
—Hola Micaela ¿De dónde vienes?— preguntó Javier.
—Del parque. Cada sábado voy a trotar ahí.
— Ah qué bien. Y tú Karen, ¿vas a trotar al parque también?
—¡¿Koko trotando?! Cómo crees —dijo Micaela riéndose de su amiga —. Lo más cerca que Karen a estado de una carrera es cuando juega a la X box y el personaje del juego tiene que correr.
—Gracias amiga —dijo Karen—. La verdad Javier no me gusta mucho correr al aire libre, prefiero ir al gimnasio.
—A mí me gusta correr al aire libre — dijo Javier— ¿Por qué el próximo sábado no vamos los tres al parque a correr?
—Genial—dijo una entusiasmada Micaela—, vamos el próximo sábado al parque, qué dices Micaela.
—Creo que el próximo sábado no vamos a poder.
—¿Por qué Karen? ¿Qué pasa el próximo sábado?— preguntó Micaela, algo se le había olvidado y no sabía qué.
—Micaela, el jueves es tu cumpleaños, no puedo creer que lo hayas olvidado.
—Claro que no le he olvidado, pero qué tiene que ver mi cumpleaños con el sábado.
—Que el viernes saldremos a celebrar tu cumpleaños y con lo que te tengo preparado no te vas a poder levantar el sábado a trotar.
—¿Qué es Karen?—preguntó Micaela tomando sus manos.
—No te puedo decir, aguántate hasta el jueves.
—Pero amiga, anda no seas mala, dime qué es, por favor.
—No, no insistas Mica, no te voy a decir ni media palabra.
—Ah, está bien, me voy a duchar. Los dejo solo tórtolos.
Micaela se fue a su cuarto pensando cuál sería la sorpresa que le tenía preparada su amiga. Solo esperaba que el jueves llegara pronto.
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-La Ogro-(Barbica G!p)-
FanfictionLos ogros al igual que las cebollas tienen muchas capas y que se necesita de alguien que, con paciencia las vaya sacando una a una.