Si hubiera sabido que todo mi mundo cambiaría por ese chico castaño de gorra que es integrante de una banda llamada CNCO definitivamente no se los creería. Sonará raro pero mi trabajo o pasión es juntar a las personas en el camino del amor, soy una...
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—Disculpa, no fue mi intención es que... No te ví —Dijo apenado.
Se inclinó para ayudarme a recoger mi bolso, esto parecía una escena de las películas americanas de adolescentes cliché dónde la chica se tropieza con el chico pero sin la parte de enamorarse, y de verdad lo admito, ese chico tenía unos ojos hermosos y era muy guapo pero ni siquiera lo conocía y tampoco sabía su nombre, probablemente podía ser un asesino en serie o un secuestrador profesional, siento ser tan exagerada pero siempre hay que pensar en todo.
—No te preocupes, no pasa nada —Le dije con una sonrisa.
Él estaba confundido -seguramente porque yo no sabia quién era él- y en realidad era más que obvio que no tenía ni idea, es decir, a ese chico nunca en mi vida no la había visto.
—Soy Christopher ¿Y tú eres? —Inquirió el muchacho con una linda sonrisa ofreciéndome su mano para que yo la tomara.
Bien, ahora por lo menos sabemos sabía su nombre pero de resto no sabía si era un asesino en serie, o un acosador, tal vez soy algo exagerada pero creo que ya expresé mi punto.
—Soy Mia, un gusto —Estreché su mano para darle un saludo normal.
Cuando nuestras manos apenas se tocaron sentí que mi piel se erizó de inmediato junto a una sensación muy extraña que jamás en mi vida había experimentado, fue algo tan raro, nuestras manos se alejaron y lo observé detenidamente sin dejar de pensar en la extraña sensación que provocó nuestro contacto.
—Lo siento mucho, Mia... Yo no... No fue mi intención hacerte tropezar —Dijo poniendo su mano en su cabeza, avergonzado.
—No te preocupes, ya te dije que no pasa nada —Me reí— Por cierto, me gusta tu gorra...
—Gracias, es digna de Christopher Vélez —Me dijo moviendo sus cejas de arriba a abajo muy gracioso.
—Vélez... ¿Ese es tu apellido? —Pregunté.
—Sí ¿Te suena... Familiar, tal vez? —Preguntó mientras sus ojos estaban fijos en los míos.
La verdad no me parecía para nada familiar, en lo absoluto, nunca había escuchado su nombre ni su apellido en mi vida, y la verdad me confundía ya que ¿Por qué me tenía que sonar familiar su nombre? Bueno, al final negué.
—Pues... Si te soy sincera, no —Dije sin rodeos.
Lo miré a sus ojos, y la verdad eran los ojos mas lindos que había visto en mi vida, ni siquiera los de Alex que eran azules, se comparan con los de este chico. Esperen esperen esperen ¿Por qué demonios estoy diciendo eso?
—¿Qué...? ¿Tengo algo en la cara o..? —De inmediato lo interrumpí.
—No, no tienes nada, es que... Nada —Le ofrecí una sonrisa que el correspondió instantáneamente.
