Si hubiera sabido que todo mi mundo cambiaría por ese chico castaño de gorra que es integrante de una banda llamada CNCO definitivamente no se los creería. Sonará raro pero mi trabajo o pasión es juntar a las personas en el camino del amor, soy una...
¿De cuál canción de CNCO es esta frase? ¿Alguien sabe?
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Meghan apuntaba a James con su pistola, estaba a punto de dispararle al chico de ojos azules, él no se movía entonces yo me puse en frente de él haciendo que la bala atravesara mi pecho. Caí al suelo pero aún estaba consciente, la rubia abrió sus ojos con sorpresa- ¡Demonios!.-Chilló Meghan.
-¡Mia!.-Gritó James.
James se arrodilló hacia donde estaba yo tirada en el suelo, la sangre comenzaba a salir de mi cuerpo, mi pecho se sentía caliente, no me dolía tal vez por la adrenalina pero aún así estaba es un estado de shock, todo en mi alrededor se veía borroso y en cámara lenta- ¡Meghan! ¡Qué hiciste!.-Exclamó Lisa.
La rubia de ojos grises observó a Lisa un pequeño momento- Yo me voy, pero te digo una cosa... Si te quedas acá, la policía llegará ¿Y qué crees? irás directo a la cárcel. Tienes dos opciones, quedarte aquí o irte conmigo.-Dijo Meghan observando fijamente a Lisa ignorando todo lo que sucedía a su alrededor.
Lisa claramente no quería ir a la cárcel, observó a James un segundo y una lágrima calló por su mejillas, no era posible lo que iba a hacer. Ella amaba a James pero esto hizo que lo perdiera por completo, ya no había vuelta atrás para Lisa- Iré contigo, Meghan.-Dijo Lisa.
Meghan y Lisa corrieron lejos de nosotros, James se sentía decepcionado de su mejor amiga y Adrián se inclinó hacia donde estaba su amigo y lo tomó del hombro- James, llamaré una ambulancia.-Dijo Adrián mientras sacaba su celular de su bolsillo trasero.
-Por favor.-Dijo James.
El chico de ojos azules fijó su vista en mi camiseta llena de sangre- Tranquila Mia, todo... todo estará bien, te llevaremos a un hospital y...
-¡Mia!.-Exclamó Christopher mientras corría hacia nosotros junto a Zabdiel y Mónica.
Estaba en estado de shock pero aún así podía percibir cosas a mi alrededor, como la voz de Christopher. Sabía que era él aún sin verlo, su voz era tan familiar para mi que en ningún momento dudé en que era él, mi corazón latía menos de lo que debía latir, me comenzaba a faltar el aire cuando Christopher tomó mi mano, volteé mi cabeza y si, era él- Mia, mi amor... Lo siento, todo estará bien, tú tranquila princesa.-Dijo el ecuatoriano antes de besar mi mano y que lágrimas cayeran por sus mejillas.
