JiYong
-Shh...- le advirtió JiYong a su amigo DaeSung acercando el índice a sus labios.
DaeSung, el menor de los dos, asintió con aspecto nervioso provocando que sus mechones rubios se sacudieran un poco. Ambos ángeles se encontraban ocultos tras una columna. Desde allí observaban atentamente al grupo de arcángeles que estaban a unos metros de ellos, parados junto al portal sagrado. Parecían discutir los detalles del suceso que tendría lugar dentro de poco. Ese día, al igual que todos los demás, nacerían nuevas almas de la Fuente Celestial y serían enviadas a la Tierra a través del Portal Sagrado. Esto ocurría al comienzo de cada día humano. Una vez que atravesaban aquel Portal, esas miles de almas eran guiadas por su ángel guardián a un cuerpo destinado, y ese trayecto, hasta dar con el cuerpo indicado, podía durar segundos u horas. Todo dependía de la capacidad del guardián para guiar a su protegido.
JiYong siempre había sentido curiosidad sobre este evento. Todos los que tuvieron la oportunidad de presenciarlo decían que era fascinante el momento en que las nuevas almas nacían, pues era admirar el milagro mismo de la vida. Él realmente quería observar eso, moría por ser testigo del nacimiento de una vida; por ello había convencido a su amigo y ambos se infiltraron en el Templo Sagrado, llegando hasta la habitación donde la Fuente y el Portal sagrados descansaban. En ese momento, escondidos tras la enorme columna, esperaban ansiosos que el fenómeno comenzara.
-Ji, creo que deberíamos irnos.- le susurró un apremiante DaeSung al mayor- Si nos atrapan nos meteremos en un gran lío.
-Vamos, Dae, solo un poco más. En cuanto nazcan nos iremos- le dijo JiYong al tiempo que asomaba ligeramente su cabeza tras la columna para ver sin ser pillado- No te preocupes, no nos verán.-hizo un gesto de manos, restándole importancia.
-Pero...
-¡Shh! ¡Mira, ya comenzaron!- susurró emocionado el pequeño ángel.
En ese momento los arcángeles estaban reunidos alrededor de la Fuente, frente al Portal. Uno de ellos, que reconoció como LeeTeuk, el más antiguo, tenía en sus manos un monto de polvillo dorado que comenzó a esparcir sobre la Fuente a la vez que recitaba unas oraciones. JiYong sonrió al contemplar los movimientos protocolarios que LeeTeuk realizaba con postura grave y solemne. Aquel arcángel siempre le había despertado una gran admiración. Todo en él era majestuoso... desde su túnica que brillaba blanquecina, el resplandor casi cegador de su halo, sus ojos oscuros y profundos, su expresión de tranquila sabiduría, hasta la postura firme que delataba su alto rango.
Las pequeñas partículas que el arcángel soltaba provocaban brillantes destellos al hacer contacto con el espeso líquido de la Fuente. El resto de los arcángeles contemplaban la escena en silencio ceremonial. LeeTeuk terminó de esparcir el polvillo y pronunció las últimas palabras. Entonces sin más se apartó y permaneció frente a la sagrada construcción en silencio. Los demás lo imitaron.
-¿Qué estarán esperando?- preguntó JiYong a DaeSung al ver que no sucedía nada.
-No lo...
DaeSung no terminó de hablar cuando una luz cegadora, proveniente de la Fuente, inundó la habitación asombrando a los dos amigos. De pronto, la más cálida sensación inundó a los presentes. Fue como una impresión de increíble bienestar, como si tuviesen la certeza de que jamás podrían sentirse mejor que en ese momento. Alegría, esperanza, euforia, y unas tremendas ganas de reír nacieron en ellos. Pero aquel fulgor fue desapareciendo paulatinamente, y con él la sensación de perfecto bienestar. JiYong observó con tristeza como la brillante luz abandonaba la estancia, pero no tuvo tiempo de pensar en eso, pues de la Fuente comenzaron a emerger pequeñas esferas brillantes. Una, dos, cinco, diez, continuaron emergiendo hasta que el ángel ya no pudo contar.
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My Heaven
Fanfiction"Debido a que por poco apagas una vida, deberás bajar a la Tierra y salvar otra en su lugar -El pequeño ángel abrió los ojos como platos, pues jamás había estado allí-. Tu misión será el humano Choi SeungHyun."