My Heaven

Capítulo 41

Jiyong

Desde la entrada de la sala Katie y Daesung le dirigían una mirada preocupada, y de inmediato el rubio corrió hacia su encuentro como si no pudiera esperar más.

–¡¡Jiyong!!

–¡¡Dae!! –exclamó el castaño y abrazó a su amigo aferrándose a él con desespero. Entonces su llanto regresó y escondió el rostro en el cuello de Daesung.

–¿Pero qué significa esto? –se oyó decir a Hyunbae–. ¿Serafín Sunhee, qué está haciendo aquí? ¿Y quién es el joven ángel que trajo consigo?

–He venido a abogar por Jiyong –contestó Katie acercándose al centro de la habitación, junto a los dos amigos–. Y este querubín es amigo de Jiyong. Insistía en presenciar el juicio, me pareció justo dejarle venir.

Jiyong se mordió el labio y trató de sofocar sus sollozos para mirar tímidamente a Katie. No se le había pasado por alto que la habían nombrado como "serafín Sunhee".

–Me alegra verla, serafín –habló Leeteuk–. Pero con el debido respeto, no creo que deba estar aquí. Para empezar este no es su sector, y el juicio de este querubín tampoco es de su...

–Sé que no es mi sector Leeteuk, pero la verdad eso no me parece importante –interrumpió ella en tono tranquilo–. He oído de otros arcángeles la decisión que planean tomar respecto a Jiyong, y estoy aquí para evitar que cometan tal barbaridad –Miró a todos con el ceño fruncido.

–Pues ha llegado tarde. El culpable ya ha sido juzgado y la mayoría votó por el destierro –anunció Hyunbae acariciando su espesa barba blanca.

–¿Qué? –Katie se giró hacia Leeteuk, sentado en el estrado, y lo miró con alarma.

–Eso no es del todo cierto... –contradijo el arcángel mayor sorprendiendo a todos–. En realidad no había terminado de pronunciar la condena, y el alma de Jiyong aún no ha sido marcada... El rango de serafín de Sunhee nos obliga a atender su opinión, así que si ella tiene algo que decir la escucharemos –terminó de hablar con una sutil sonrisa, y sus palabras sonaron como la cosa más maravillosa para Jiyong.

El castaño se separó lentamente de Daesung y miró a Katie agradecido, esperanzado. Ella le sonrió de forma tranquilizadora y luego regresó su atención a los mayores.

–¿Así que han decidido el destierro?... ¿Podrían recordarme de qué se lo acusa? –preguntó apoyando la mano izquierda en la cadera.

–Es acusado de cometer acciones impuras con su propio humano, violando una de las leyes sagradas del cielo –contestó el arcángel de apariencia femenina–. Y esas acciones se fueron repitiendo por considerable tiempo. El querubín había permitido que su relación con Choi Seunghyun tomara un rumbo cada vez más indebido, lo que nos deja ver su desinterés por respetar la norma celestial.

–¿Acciones impuras? ¿Así califican su conducta?... ¿Y qué es lo que Jiyong ha dicho de esto? ¿Cuál es su defensa? –Hubo unos segundos de silencio y Katie enarcó una ceja–. ¿Le han permitido defenderse, verdad?

–¿Acaso hay algo que pueda decir para defenderse? No hay excusa posible para sus actos, y no necesitamos escuchar nada –contestó Hyunbae negando con la cabeza y componiendo una expresión reprobatoria.

–¡Pero eso es injusto! –exclamó de repente Daesung y Jiyong lo miró alarmado. Su amigo parecía realmente enojado. El castaño tocó su brazo y le envió una mirada significativa para que se calmara, pues no quería que él también tuviera problemas con los arcángeles.

–¡Daesung! –lo regañó Leeteuk–. No levantes la voz así. Recuerda con quiénes estás hablando.

–Pero si él tiene razón –lo apoyó Katie–. ¿Cómo pueden negarle al acusado defenderse? Así no se procede en un juicio justo, y me sorprende de todos ustedes –Negó con la cabeza y nadie dijo nada. Entonces ella volteó hacia Jiyong y su mirada se suavizó–. Jiyong contéstame una cosa... –Él se sintió nervioso sin saber por qué, pero la mano de Daesung en su hombro le transmitió un poco de calma. No estaba solo–. ¿Puedes decirnos qué sientes por el humano Choi Seunghyun?... ¿Por qué permitiste que te besara y te tocara tantas veces?