JiYong
Miraba hacia la Tierra maravillado. Todo se veía diminuto, borroso, como un mapa desdibujado. El mundo entero parecía una pequeña maqueta debajo de él.
Las alas en su espalda continuaban abanicándose contra el aire, manteniéndolo bien en alto.
JiYong estaba volando.
Cada una de sus plumas resplandecía con los reflejos de un arcoíris y él sonrió al mirarlas. Se veían tan brillantes como las recordaba. Permitió que se estiraran aún más abrazando el cielo, dejó que se bañaran en la frescura del viento y voló con mayor rapidez. Esa sensación... había olvidado esa sensación. Cada parte de sí mismo se sentía ligera... era la ligereza propia de los ángeles y todas esas almas libres, de aquellas que no debían cargar con el caparazón de un cuerpo terrestre.
Cerró los ojos al atravesar una nube y disfrutó de la increíble sensación que lo rodeó. Todo era perfecto. Estaba justo donde quería estar.
Pero entonces notó que de a poco empezaba a descender. Su cuerpo se sentía más pesado. Llevó la vista hacia atrás y se alarmó cuando no encontró lo que buscaba. Sus amadas alas habían desaparecido.
De repente él estaba cayendo en caída libre a una velocidad que lo asustaba, y no podía hacer nada para evitarlo. Abrió la boca y gritó de espanto, pero extrañamente ningún sonido llegó a sus oídos.
Cerró los ojos. No quería ver el suelo acercándose a él cada vez más. El viento golpeaba su rostro con fiereza y empujaba sus cabellos hacia atrás mientras JiYong seguía cayendo más y más en el cielo.
Y entonces, de un momento a otro, sintió que su cuerpo se detenía suavemente, como cuando se aterriza sobre muchos almohadones. Un extraño Bum-bum-bum rompió el silencio y levantó los párpados. Se sorprendió al encontrarse con el rostro de SeungHyun a centímetros del suyo. Fue en ese instante que se dio cuenta que el humano lo había atrapado y lo mantenía entre sus brazos. Sonrió sabiendo que él no le dejaría caer, que con él estaba seguro.
Un sonido lejano, como el de un pequeño tambor, seguía retumbando desde alguna parte. El ángel miró hacia todos lados, pero no había nada allí más que ellos dos.
De pronto despertó. Sus ojos se fueron abriendo con lentitud gracias a la luz diurna que comenzaba a iluminar la estancia. Lo primero en ver fue una cómoda, luego un armario, luego unos tenis tirados de forma descuidada sobre el piso alfombrado... estaba en una habitación, y era la habitación de SeungHyun. Parpadeó y bostezó. Su ceño se frunció al darse cuenta de algo... ¿había estado soñando? Era la primera vez que le pasaba.
Bum-bum-bum-bum...
Le extrañó escuchar aquel sonido de nuevo, pero al mirar hacia abajo descubrió de dónde provenía. Eran los latidos del mayor. JiYong estaba recostado sobre su pecho.
Avergonzado, intentó alejarse pero no lo consiguió. El brazo derecho del otro estaba envuelto en su cintura. Quiso apartarlo con la mano pero como resultado el brazo ajeno lo envolvió más.
Sin saber qué hacer, estiró el cuello para mirar a su amigo. El peliazul continuaba durmiendo con tranquilidad. Al ver su rostro las imágenes del sueño regresaron a él. Recordó con nostalgia la sensación de libertad y ligereza que lo embargaron mientras volaba con sus añoradas alas. Por un momento de verdad había creído que era real. Suspiró y con resignación dejó caer su mejilla en el pecho de TOP. El sueño estaba muy lejos de ser real.
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My Heaven
Fanfiction"Debido a que por poco apagas una vida, deberás bajar a la Tierra y salvar otra en su lugar -El pequeño ángel abrió los ojos como platos, pues jamás había estado allí-. Tu misión será el humano Choi SeungHyun."