Capítulo 31

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Jiyong


El ángel sentía su corazón palpitar de manera acelerada en su pecho. Se encontraba inmóvil en el suelo de madera, con Seunghyun sentado encima de él y las piernas de éste posicionadas a cada lado de su cuerpo. Los dos se encontraban dentro de una casita de madera, en un parque vacío. Ninguno pronunciaba palabra. Simplemente se miraban el uno al otro.

Jiyong se sentía incapaz de despegar la vista de los fascinantes ojos negros de Seunghyun. Su mirada intensa le cautivaba, le embelesaba. Habría podido observar su rostro toda la noche, pero de repente Seunghyun comenzó a inclinarse más hacia él, acercándose a su rostro. Jiyong permaneció sin aliento, incapaz de respirar, y su corazón saltó desbocado cuando el otro se detuvo a centímetros de él. Sus rostros estaban tan cerca que podía sentir el aliento tibio de Seunghyun sobre sus labios. Se estremeció.

-Yongie... -susurró el mayor y Jiyong volvió a sentir el aire tibio chocando contra su boca-. ¿Me dejas besarte?

Los ojos del ángel se ensancharon de sorpresa ante tal pedido. Seunghyun posó una mano sobre la mejilla de Jiyong y la acarició tiernamente, provocando que el menor se derritiera por la dulzura del gesto. Seunghyun sonrió enseñando su dentadura brillante y perfecta.

-¿Me dejas? -volvió a preguntar.

Jiyong ni siquiera fue consciente del momento en que asintió, pero de pronto la boca de Seunghyun presionaba sobre la suya. Cerró los ojos sin pensarlo y comenzó a imitar las caricias del otro, moviendo sus labios y disfrutando de las desconocidas sensaciones que nacían en su cuerpo. Parecía que cada una de sus terminaciones nerviosas hubiese cobrado vida, y sentía cosquilleos por todas partes. Seunghyun acarició sus labios una última vez y se separó para mirarle a los ojos.

-Eres hermoso, Jiyong -susurró antes de volver a besarlo.



Jiyong despertó de golpe y se sentó en su cama. Inspiraba y exhalaba el aire de manera agitada, y podía sentir que su corazón bombeaba casi al punto de estallar. Miró alrededor con susto pero se calmó al comprobar que estaba solo en su habitación, aún sumergido en la oscuridad de la noche. Llevó la mano al pecho sintiendo el pequeño pero insistente golpeteo dentro de él y trató de tranquilizarse.

-Sólo fue un sueño -se dijo a sí mismo.

Otro sueño.

El segundo.

Volvió a recostarse y se cubrió hasta el cuello con las mantas. Su respiración poco a poco se normalizó. Cerró los ojos y se esforzó en volver a dormir, pero el recuerdo del reciente sueño no le dejaba tranquilo. No sabía qué le alarmaba más, que siguiera experimentando sueños o el contenido de éstos. Era la segunda vez que soñaba la misma cosa, y siempre regresaba al mismo escenario: la pequeña casita de madera del parque que TOP y él habían visitado dos días atrás.

Aquella noche se había sentido extrañamente decepcionado. Había esperado que sucediera algo que al final no sucedió, pero en su cabeza no podía definir el qué. Sin embargo en ese momento ya lo sabía... había esperado que Seunghyun lo besara.

Se tocó los labios con delicadeza. Todavía seguía fresca la sensación de esa boca ajena sobre la suya, la tibieza del aliento de Seunghyun rozándolo. De repente sintió que sus latidos volvían a acelerarse y sus mejillas se calentaban. Alejó la mano de su boca y la escondió bajo las mantas.

-Aish... ¿por qué tuve que soñar eso otra vez?

¡Él era un ángel! ¿Cómo podía pensar en esas cosas? ¡Era totalmente malo, inapropiado, incorrecto, escandaloso...!

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