10 de Agosto
Manhattan - New YorkHabía pasado un mes desde que me mudé con Liam, quisiera decir que nuestra relación había mejorado pero...
—¡Liam te ordeno que en este mismo instante me devuelvas ese sostén, cara de morsa decrépita!— grito mientras corro detrás de Liam por todo el comedor con una toalla enrollada en el cuerpo y otra en la cabeza.
—¡No hasta que devuelvas mi cargador!— grita él corriendo más rápido.
—¡No es mi culpa que el tuyo cargue más rápido, ahora dame ese maldito sostén!
—¡Mi celular está sin batería hace cuatro días, Diamond!
Logró alcanzarlo y me tiro encima de él sosteniendo la toalla con una mano y con la otra tomo ese puto sostén. Me levanto de su espalda, pongo el sostén abajo de mi axila y acomodo la toalla de mi cabeza para dirigirme a mi habitación.
Ese chico estaba acabando con mi paciencia.
Me sobre salto cuando de repente metálica comienza a sonar muy fuerte en todo el penthouse, maldición.
Me pongo rápidamente un shot negro y un top de Calvin Klein y salgo de la habitación, llego a la sala y está Liam sobre el sofá destrozando los almohadones cómo un perrito.
Frunzo el ceño y voy hasta la repisa de la chimenea dónde estaba el iPad que maneja la música y los parlantes del penthouse, apago la música y Liam me mira de pies a cabeza.
—Que sexy esta niña. — dice coqueto y ruedo los ojos.
Me doy vuelta para poner el iPad en la repisa y él me chifla.
Camino hasta el sofá y recojo un poco de relleno de los cojines, tomo el brazo de Liam y lo bajo del sofá, pongo mi mano derecha en su nuca y la izquierda la llevo a su boca haciendo que coma el relleno, lo empujo al sofá y me voy a la cocina.
Y si se muere mucho mejor.
—Me las pagarás. — un Liam quitándose el relleno de la lengua aparece en la cocina y me río.
Busca algo en las bolsas del supermercado al que fuimos hoy y saca una bolsa de harina. Abro mis ojos y rápidamente salgo de la cocina comenzando a correr por toda la sala con Liam persiguiéndome pero me alcanza y desecha toda la harina en mi cabello.
—¡Recién salgo de bañarme, inútil!— le grito.
—¡Comí medio kilo de relleno!— grita estirando sus brazos.
—¡No hubieras destrozado cojines que cuestan quinientos dólares cada uno!— vuelvo a gritar.
Se queda callado y yo me siento en el sofá con los brazos cruzados.
Liam se va a la cocina, vuelve y se sienta a mi lado.
—¿Quieres helado?— me pregunta y lo miro con los labios fruncidos.
—Si. — digo quitándole el helado y comiéndolo.
Él sonríe. Juntos comemos helado y lo terminamos en medio de cinco minutos.
El ascensor suena y nos damos vuelta.
—¡Hola a todo...! Wow. — mira todo el lugar dónde hay relleno y harina.
Me levanto del sofá y no lo puedo creer, corro hacía sus brazos.
—¡Oh mi dulce zorra!— exclama y suelta la mano de su novio para abrazarme.
—Ok...siento un bulto en tu abdomen, o tienes cuatro miembros dentro o una bomba. — me separo de mi mejor amiga.
Ella ríe nerviosamente.
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My most precious diamond
Teen Fiction"Sólo quiero que seas tú la persona que esté al final de mi hilo rojo"