Capítulo diez

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Era lunes, nueve a.m cuando despierto gracias a un ruido de algo romperse en la cocina.

Me levanto de mi cama y salgo de la habitación para ir a la cocina. Cuando llego entro y miro a Liam tomando café.

—¿Que fue ese ruido?— pregunto caminando hacia la cafetera y poniendo su contenido en mi taza.

—Rompí una taza. — responde haciendo un sorbo.

Ruedo los ojos y me siento en la butaca que está al frente de Liam.

—Sabrina canceló. — dice de la nada.

Lo miro confundida.

—No podrá acompañarme a visitar a mi mamá, tiene que hacer otras cosas. — termina de decir.

—Oh... — murmuro y tomo el café.

—Ya puedes dejar de fingir que irás a comprar ropa para el niño no nacido de Kenzia y acompañarme. — dice sonriendo.

Maldito.

—Ok, en mi defensa planeaba ir a comprarle ropa a mi sobrina o sobrino feto. — elevo mis manos en signo de paz.

—Si claro. — dice sarcástico. —¿Vendrás?

Asiento y baja de la butaca caminando hacia mi para besar mi cabeza.

—Iremos en la tarde. — dice sonriendo y pone la taza en el lavaplatos.

El ruido del ascensor suena indicando que alguien ha llegado.

—¡Bueeeeenos días!— grita Kenzia entrando a la cocina junto con Ethan.

—Oh por favor. Es muy temprano para soportar tus gritos, perra. — bromeo.

—Cuando muera te arrepentirás de lo que dijiste. — dice señalándome.

Me río y bajo de mi asiento, dejo la taza en la encimera y voy a abrazar a mi mejor amiga.

—¿Cómo estuvo el almuerzo con señorita perra salvaje?— pregunta mirando a Liam, estaba refiriéndose a Sabrina.

Él rueda los ojos y saluda a Ethan con un apretón de manos.

—¿Pueden dejar de llamarla así?— nos dice a ambas y reímos.

—Pues discúlpame por decir la verdad, chico. — dice ella poniendo un mano en su pecho.

Sigo riendo y Liam me pega un codazo.

—Estuvo bien, por lo menos no se despedazaron entre si. No me quejo. — se escoge de hombros.

—¿Algún plan para hoy?— pregunta Kenzia y abraza a su novio.

—Ninguno. — dice Liam y me abraza por los hombros. —Nosotros dos iremos a visitar a mi madre...

No tenía que decírselo a Kenzia y lo hizo.

—¡¿Que?! ¡Oh dios mío!— empieza a gritar.

—Calmate. — le susurra Ethan.

Mi mejor amiga respira y exhala calmándose un poco.

My most precious diamondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora