1 de Octubre del 2017
Manhattan - New York
Tres semanas después.Narrador omnisciente.
La primera semana sin Liam fue deprimente para Diamond, casi no comía, no sonreía y hablaba escasas veces. La segunda fue mucho peor, todas las noches lloraba desconsoladamente deseando que su vida fuera diferente.
Estaba jugando con la comida pero no había echo ni un sólo bocado.
—Di... — Kenzia trató de llamar su atención y la morena levantó la cabeza. —Tienes que comer.
—No tengo hambre. — respondió dejando el tenedor en la mesa.
Junior, Oliver y Kenzia se miran entre sí sin saber que hacer.
—Provecho. — dijo levantándose de la mesa.
Sus tres amigos no dijeron nada y se fue a la terraza a fumar un cigarrillo.
Los días estaban nublados, el ambiente era triste y silencioso. Extrañaba demasiado a Liam, cada noche lloraba por él y los recuerdos atormentaban su mente. Aún no había señales de él por ningún lado, y eso la frustraba demasiado.
Faltaban veintisiete días para que cumpla los diecinueve años y sentía que la pasaría horrible, porque no estaría la persona que hacía que sus días brillaran.
Gotas de agua comenzaron a caer sobre ella, empapándola por completo. No le importó debido a que su mente estaba en otro lugar que no era allí.
Sollozó recordando esa vez que fueron juntos al parque por un rato y Liam se cayó del columpio ensuciando toda su ropa, o la vez en que se comieron tres hamburguesas de McDonald's y no pudieron ir al baño por dos días. Sin duda los mejores momentos de su vida los había pasado con ese chico que llegó cómo si nada a ella, se odiaron, se hicieron mejores amigos, hasta que se enamoraron mutuamente.
Él la hacia brillar, ella lo hacía muy feliz a él con su sonrisa, pero el destino puede ser muy malo a veces.
—Hey, Di. — la voz de su amigo la sacó de sus pensamientos. —Entra adentro, te resfriaras.
Diamond le hizo caso omiso a lo que Junior dijo.
—Diamond..por favor.
Ella rodó los ojos y se levantó del asiento. Su amigo sonrió y la abrazó por los hombros.
—¿Cómo te sientes el día de hoy?— preguntó Junior.
—Tengo ganas de morirme, ya sabes. — le respondió la morena.
Sin saber que decir, él respondió:
—Todo estará bien.
—Estoy cansada de escuchar eso mil veces, y sabes, nada está bien.
—Pero cariño, si lo bueno pasa, lo malo también. Nunca lo olvides. — dijo Junior y besó su cabeza.
Entraron al penthouse y no había nadie.
—¿Dónde está Kenz y Oliver?— preguntó Diamond.
—Se fueron...Ethan rompió con Kenz, se enamoró de alguien más. — dijo.
—Oh no.
Si Diamond, estaba mal, ahora lo estaba peor. Su mejor amiga estaba sufriendo y eso era lo que menos quería.
ESTÁS LEYENDO
My most precious diamond
Dla nastolatków"Sólo quiero que seas tú la persona que esté al final de mi hilo rojo"