My most precious diamond

Capítulo once

Me despierto exactamente a las nueve a.m por la alarma que había programado para ir a comprar un nuevo sofá, tiraría a la mierda el otro por la simple razón de que Liam y amiga zorra tuvieron sexo ahí. Me pongo un pantalón negro de Gucci, un top del mismo color, mis zapatillas Gucci y mi mochila también de Gucci. Salgo de la habitación y voy a la de Liam, abro su puerta para ver si estaba durmiendo y si, encima sin camiseta, dios.

Voy a la sala y me siento en el suelo de madera con alfombra peluda gris, ni en loca me sentaré en ese sofá.

Enciendo mi celular, entro a WhatsApp y voy al chat de Lucas.

Yo: ¡Heeey! ¿Puedes acompañarme a comprar un sofá?👀

Lucas Thompson: Claro, ya paso por ti. ¿Vamos caminando?

Yo: Me gusta esa idea ;)

Lucas Thompson: Genial, paso por ti en veinte minutos, Diamond Grey.

Sonrío y apago el celular. El iPhone 7 que estaba en el sofá comienza a vibrar y lo miro con el ceño fruncido. Me levanto y lo tomo sin tocar el asqueroso sofá, lo enciendo y una foto de Liam con Sabrina aparece en el fondo de pantalla, era de él. Ruedo los ojos y entro a WhatsApp.

Amor💗: ¿Bebé estas durmiendo? :(

Zorra. No le contesto obviamente, Liam me matará.

Amor💗: Liam ¿porque no contestas los mensajes? ¿Que estas haciendo?

Me río y la dejo en visto, apago el celular dejándolo en el sofá.

Los veinte minutos habían pasado y recibo el mensaje de Lucas diciéndome que estaba afuera del edificio. Me subo al ascensor y cinco minutos después ya estaba abajo.

—Hola. — saludo sonriendo.

—Hola Diamond Grey. — besa mi mejilla. —¿Nos vamos?

—Claro, pero primero pasamos por unos Starbucks. — digo mirándolo.

Él asiento y para mi sorpresa entrelaza su mano con la mía.

Caminamos hasta Starbucks y entramos al lugar.

—¿Quieres un café?— murmura Lucas.

—Mejor un capuchino. — arrugo la nariz sonriendo.

—Bien. — me sonríe y mira al chico que atiende. —Un capuchino y un café por favor.

—Enseguida. — dice el sujeto.

Nos vamos a sentar en una de las mesas que estaban cerca del mostrador para esperar nuestros pedidos.

—¿Que hiciste luego de que te dejé en el edificio?— pregunta sonriendo.

Este chico jamás dejaba de sonreír...eso me gustaba.

—Oh si. Resulta que cuando las puertas del elevador se abren me encuentro con la asquerosa escena de Liam y amiga zorra teniendo sexo en mi maldito sofá, ¡costó doce mil dólares, demonios!— exclamo un poco enojada.

Se ríe y lo miro confundida.

—No quiero ofenderte pero creo que estas siendo un poco dramática.