Capítulo dieseis

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Diamond POV'S.

Ya pasaron tres días desde lo que pasó en el bar y todo estaba realmente bien. Estaba con Kenz en Central Park esperando a que Liam con Sabrina traigan los helados.

—Esos idiotas que no se apresuran, ¡mi hijo exige helado de cereza!— exclama mi mejor amiga rodando los ojos.

—Hoy vuelve Lucas. — digo ignorando lo que había dicho

—Genial, podríamos hacer una cita triple. — sonríe.

La miro mal.

—Él es mi amigo.

—Pero ya los shippeo.

—Tú shippeas a medio mundo.

—Exacto. — asiente sonriendo. —No lo conozco pero creo que gusta de ti.

—¿Quién gusta de mi preciosa mejor amiga?— pregunta Liam apareciendo con dos helados y Sabrina con otros dos.

—Primero, es mi mejor amiga, yo la conocí antes que tú y segundo, Lucas gusta de ella. — dice Kenzia tomando su helado que estaba en la mano de Sabrina.

Liam frunze el ceño y me entrega el helado de chocolate.

—¿Dónde nos sentamos?— pregunto.

—¡En las rocas!— grita Kenz.

Yo, Liam y Sabrina caminamos con pereza y subimos arriba de las grandes rocas.

—¿Porque Ethan se va mañana a Los Ángeles?— pregunta Liam lamiendo su helado.

—Su padre. — contesta mi mejor amiga rodando los ojos. —Tiene que ayudarlo a no se que.

—¿Que hace el padre de Ethan?— pregunta Sabrina con curiosidad.

Yo y Kenzia nos miramos sin saber que decir. Nadie sabía aparte de mi y Kenzia que el papá de Ethan también era un mafioso.

—Em...mi suegro es...empresario. — dice Kenzia.

—Oh... — balbucea. —¿Y tu papá, Diamond?

Miro a la rubia y sonrío cínicamente.

—Directamente no te interesa. — digo y sigo tomando mi helado.

Se queda callada.

—Ya que estamos preguntando cosas...¿tus padres de que trabajan?— pregunta mi mejor amiga mirando a Sabrina.

—Mi mamá es ama de casa y mi papá es sirviente en una casa de familia. — murmura cabizbaja.

Abro mis ojos sorprendida.

—Entonces con razón estás con Li...¡Au! ¡Eso duele!— le pego a Kenzia antes de que diga algo estúpido.

—Disculpa, ya sabes, ella no es igual a nosotros. Nació con un problema que le impide pensar con claridad. — le digo a Sabrina con una sonrisa.

My most precious diamondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora