Capítulo siete

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¿Que mierda hice anoche? Desperté con la resaca más horrible del mundo entero.

Me senté en la cama y estaba desnuda, oh no, no, no, no.

Me pongo mi bata de Versace y salgo de mi habitación para dirigirme a la cocina. Veo a Liam tomando café solo.

—Por favor dime que no hice algo de lo que me arrepentiré en unos minutos y querré que me caiga una elefanta embarazada encima. — digo caminando de un lado al otro.

—No hiciste nada anoche... — dice y suelto un gran suspiro de alivio. —Aparte de haberte acostado conmigo.

Abro mis ojos de golpe y siento que mi rostro se calienta en cuestión de segundos.

—Mierda, mierda, mierda. — repito una y otra vez golpeando mi cabeza contra la pared.

Salgo de la cocina y voy a en busca de pastillas para mi resaca y una pastilla del día después. Lo único que falta es que tenga un hijo con un hombre que apenas conozco.

Me voy al baño y me doy una relajante ducha para calmar mi estés. Se preguntaran porque estoy actuando cómo una maldita degenerada ¡y es porque rompí la regla de no acostarme con el mismo hombre dos veces!

Es estúpido pero muy irritante para mí.

Salgo del baño con mi bata Versace y entro a mi habitación. Me tiro en la cama y miro al techo. Definitivamente mi vida apesta más que el queso favorito de mi padre.

—¡Kenzia llegó!— grita Liam.

Bufo y me levanto de la cama y salgo de la habitación. Llego a la casa y allí estaba mi mejor amiga con Ethan Grimms, el padre de su pequeño.

—¡Perra!— grita tirándose encima de mí.

—Hey. — sonrió levemente y la abrazo.

Se separa de mi y entrecierra los ojos.

—Que tienes. Estas extraña. — hace una mueca.

—Necesitamos hablar...— miro por encima de su hombros a los dos chicos que están observándonos. —En privado.

—Esta bien. Yo también necesito hablar contigo sobre algunas cosas. — toma mi mano y se da vuelta para mirar a los chicos. —Volvemos en unos minutos.

Nos vamos a la biblioteca dónde podemos hablar más cómodamente y nos sentamos en los sillones de ahí.

—Bien, ¿de que quieres hablarme?— es lo primero que pregunta.

—Ayer me acosté con Liam, otra vez. — digo con la cabeza baja mientras juego con el brazalete que me regaló mi padre cuando cumplí dieciocho.

—De eso ya estaba segura, ayer casi tienen sexo en el club por suerte Queen Kenz está para salvar tu trasero.

Abro mis ojos de sorpresa, definitivamente ya perdí toda mi dignidad.

—¿Y tú de que querías hablarme?— pregunto cambiando de tema.

—Ok preparate. ¡Armani me llamó para decirme que me quiere en su próximo desfile!— chilla emocionada y hago lo mismo.

My most precious diamondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora