Capítulo trece

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Y cómo lo dije gasté mucho dinero. En la tarde fuimos a retirar las rosas rojas para llevarlas al restaurante, seguimos caminando hasta llegar una tienda de dulces dónde compramos una caja dorada de chocolates Ferrero y después pasamos por una tienda Harry Winston para comprar unos aretes de diamantes y oro para amiga zorra. ¡Necesitaba regalarle algo a esa chica!

El reloj marcaba las nueve p.m en punto cuando escucho la puerta del cuarto de Liam cerrarse. De pronto un Liam con traje y una sonrisa hermosa aparece en frente del ascensor dónde yo estaba.

Sonrío al verlo.

—Diviertete. — digo entregándole la caja de chocolates y la caja con los aretes.

—Gracias por todo. — sonríe y besa mi mejilla.

Presiono el botón del elevar y las puertas se abren, él entra.

—¡Espera!— grito deteniéndolo.

Me mira y entro al elevador, pongo en vista mi mano derecha y le muestro la rosa roja.

—No la lastimes. — digo poniéndole la rosa dentro de su saco.

Vuelvo a estar en frente de él y nos quedamos mirando. Me río nerviosa y salgo del ascensor. Las puertas se cierran perdiéndolo de vista.

Suspiro y voy a la cocina para buscar helado en el refrigerador. Tomo el pote de helado tamaño familiar y voy al baño para buscar pañuelos descartables, voy a mi cuarto, busco una manta y vuelvo a la sala para sentarme en el sofá. Tomo el control remoto y presiono un botón para que la televisión baje, la enciendo y voy a Netflix buscando la película que había programado para ver, acomodo mis pies en la mesa de cristal que había en frente de mí y me cubro con la manta, pongo los pañuelos a mi izquierda y abro el helado preparándome para "Bajo la misma estrella".

¿Porque no tengo un hombre cómo el de la película?

Liam POV'S.

Al bajar a la planta baja, salgo del edificio y camino hasta el estacionamiento buscando el Cadillac, tomo las llaves del vehículo y subo en el para ir a buscar a Sabrina en su casa. Cuando llego ella estaba esperando afuera con un hermoso vestido blanco y una sonrisa perfecta. Salgo del auto con la caja de chocolate en mi mano derecha y la rosa roja en mi mano izquierda. Se acerca a mi y beso sus labios.

—Esto es para ti. — le entrego la caja dorada y pongo la rosa atrás de su oreja. —Te ves hermosa.

—Oh gracias. — dice enternecida.

Subimos al auto y manejo hasta el restaurante dónde mi mejor amiga hizo la reservación.

—¿Dónde me llevarás?— pregunta riendo levemente mirándome.

—Es una sorpresa. — contesto sonriendo.

—Odio las sorpresas. — hace puchero.

—Amarás mi sorpresa. — sonrío.

—¿Tanto cómo te amo a ti?— pregunta sonriendo.

—Mucho más. — contesto mirando al frente notando que ya habíamos llegado. —Señorita Prunce, ha llegado a su destino.

My most precious diamondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora