Capitulo 32 Magnus

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Me sentía muy mal, me dolía todo el cuerpo. Estaba en mi cama, recostado al lado de Alec.
Tenía su brazo encima de mi cintura, traté de liberarme con delicadeza de forma que no lo pudiese despertar.
Me levanté y me dirigí hacia la ducha.
Al salir Alec ya no estaba en la cama y bajé hacía la cocina.
-Buenos días.- dijo Alec cocinando.
-Que bien huele.- me acerqué por detrás para abrazarlo y plantarle un beso en su cuello.
-¿Como te sientes?.
-Pues... bien.- le mentí.
-Me alegra.- apagó el fuego y se volteó para dejar un beso en mi frente.- Dios Mío, ¿Que hora es?.
-Las 6 ¿Por que?.- rápidamente sirvió la comida en un plato y la puso en la mesa.
-Tengo a ir a la universidad, se me hace tarde.
-¿No te quedarás a desayunar?.
-Lo siento bebé.- subió rápidamente.
Así que me senté y empecé a comer.
Luego de unos minutos bajo apresurado me planto un beso en los labios.
-Adiós, reposo, recuerda.
-Esta bien.- y salió.
Dios santo no recordaba que aún estudiaba, me había atrasado demasiado.
De repente suena el celular. Lo tomo y contesto.
-¿Que quieres?.-pregunté volteando los ojos.
-Hijo, lo siento, pero dime, ¿cómo estás?, me enteré de lo qué pasó.
-Si pues, de qué sirve que te hayas enterado si nada cambió.
-Magnus, sabes bien que no puedo irme ahora. Me necesitan aquí y yo...
-¡Yo también te necesito papá!, y no es suficiente con que mandes el dinero y ya, necesito que me apoyes... ni siquiera sabes si soy feliz o no.
-Pues... me imagino que si... estás con Alec y ya está todo bien, lo malo ya paso.
-Aún no puedo creer que mamá se haya casado contigo.
-¡Magnus, ya deja de ser tan dramático!, ¡lo que te paso no fue la gran cosa.

Bajé la mirada, tratando de tragarme las lágrimas, pero salieron, me enojé por ser tan débil, que tiré mi celular y enterré mis manos en mi rostro.
Subí a mi habitación y me acomodé en mi cama enterrando mi rostro en la almohada, solo bastó hacer eso para soltar en llanto.
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-Magnus....- escuché un susurro.- Magnus...
-¿mhm?.
-¿Como estás?.
Abrí los ojos, ví a Alec enfrente, y dirigí mi mirada a toda la habitación para recordar qué pasó, me dormí.
-H-Hola.
-¿Te sientes bien?.
-Emm... si, si todo bien.
-¿Seguro?.
-¿Que hora es?.
-La 1 pm.
-¡¿Que?!.- me senté rápidamente, pero me mareé.
-Hey, tranquilo ¿Que pasó?.
-N-nada, creo que me pase de la hora de la siesta.
-Magnus... ¿qué pasó?.
-Nada.- me encogí de hombros.
-Algo tienes, tu celular estaba en el piso, algo paso y quiero que me lo digas ahora.
Di un suspiro, bajé la mirada.
-Después, de... que te fuiste, papá me llamó, y pues... ya sabes lo demás.
- Oh por Dios, estuviste dormido todo este tiempo.
Subí la mirada hasta sus ojos, tratando de darle la razón.
-Ven aquí.- dijo el extendiendo sus brazos, y me acerqué a él. Plantó un beso en mi cabeza.
-Todo estará bien. ¿Quieres hablar de lo qué pasó?.
Sacudí mi cabeza.
-Esta bien. Vamos prepararé algo de comer.
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Una vez en la cocina, escuché la puerta cerrarse. Era Raphael.
-Hola, chicos.- dijo Raph.
-Hola a todos.- dijo, Simón.
-¿Simón?, que sorpresa tenerte aquí.
-Si, em... quise visitarte, para... ver cómo estabas.
-Muy bien, gracias. ¿Como estás tú y Cat?.
-Ohh ella muy feliz.
-Me  alegro.
-Bueno... Alec, ¿que estás preparando?, huele delicioso.
-Hey... lo que está haciendo es para mi.- dije bromeando.
-Si, lo se, pero hay una acción que se llama compartir.-se acercó al pantri y tomó un plato que había, y con una cuchara tomó un poco de comida.- Gracias.
-Jaja, ¡te odio!.
-¡También te quiero!- dijo Simón subiendo las escaleras.
-Aquí tienes.- dijo Alec poniendo el plato con comida en frente.
De repente, suena mi celular.
Lo levanto para ver quien me llama, y enseguida lo vuelvo a dejar en su lugar bruscamente, y de la misma manera empezar a comer.
-¿Por que no contestas?.- pregunto Alec sentándose enfrente.
-No es... nadie importante.
-Para que te haya hecho cambiar de ánimo tan rotundamente debió haber sido importante.
-No vale la pena hablar sobre ello, yo... quiero comer tranquilo.
-Esta bien.

¡Estúpido Ángel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora