-6-

320 13 0
                                    

Pasaron días hasta que volviste a ser el de antes.

Pasabas jugueteando y empujándote con tus compañeros cuando doble al pasillo. Me acomodé en un costado aferrada a las tiritas de mi mochila negra. Y de nuevo el ya conocido palpitar desenfrenado.

Pero esta vez te sostuve la mirada. No puedo ocultar lo que siento.

Fue al vicio. No me miraste.

Pude notar que otro de tus compañeros me estuvo observando hasta que baje la vista llorosa y apenada.

No me importó.

No me importa otra mirada que no sea la tuya.

MiradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora