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Luz y Ana  esperaban en el pasillo.

Estaban raras, como si estuvieran discutiendo algo.

Se callan cuando me acerco.

De seguro están tramando algo para mi cumple, sólo faltan meses.

Yupiiii

-Holi!!!! ¿de que hablan?-las saludo con un súper beso y me siento entre ellas.

-pregúntale a Luz

-¿Por qué a mi?

-¿Tenes algo que no puedas decir?

-¿No será al revés?

-¿No querés evitar desastres?

Mi cabeza iba siguiendo el ping-pong de preguntas sin respuestas que se realiza entre mis amigas.

-Vale vale. No me digan de qué hablaban. Me hicieron dar torticolis- sobo mi cuello.

Se quedan calladas. Ana mirándose las uñas despreocupada. Luz moviendo sus piernas de un lado para el otro. ¿ Estaba nerviosa ? ¿why ?

-¿por qué est

No logro terminar.

-¿Tenes tu cuaderno acá?  - suelta de golpe. Giro confusa, notó que Ana deja de prestarle atención a sus uñas para dirigirla a Luz-Tu cuaderno de frases al chiqui baby.

Ahora me cierra todo.

¿ Se piensa que no lo sabía? 

Era demasiada obvia

¡Luz quiere introducirse al mundo literario !

Que emoción contagiar a tu amiga de algo tan bello.

-obvio !!! Lo llevo conmigo siempre- rebusco en mi mochila negra-Acá está- lo levanto como si fuera Simba-Anoche escribí una súper declaración a mi gringo bello.

-Perfecto-puedo ver un brillo especial en sus ojos ¿ emoción?

No hay nada mejor que la lectura para conectar a las personas. Mucho mejor conectar a las amigas, permite introducirlos en un mundo mágico donde puedes mover los hilos de acuerdo a tus deseos e imaginación. Uno de los poderes más fuertes con los que contamos las personas, el cual se alimenta del amor.

Volteo hacia Ana. Está congelada mirando el cuaderno forrado con un Jean viejo. O le gusta mucho mi cuaderno o se quedó tildada pensando en el morocho.

Tengo que decir algo, no es por ser mala amiga pero quería ir al baño desde que salí de mi casa así que le preguntaré cuando vuelva.

Dejo a las chicas y hago esos 15 pasos hacia el baño.

Cuando estoy por doblar, salen dos personas del baño contrario.

Mi interior tiembla.

Mi cuerpo reacciona a una mirada.

Se me eriza la piel.

Los deditos me tiemblan.

Levanto mi vista de ese par de zapatillas grises tan conocidas y ....ahí estás.

Vistes una campera negra con azul, color que  favorece mucho a sus ojos.

Detrás, como siempre, su amigo como buen guardaspalda con sus joggins azules de todos los días.

Me quedo estática en el marco de la entrada, puedo sentir el calor que emana su cuerpo al pasar por mi lado.

Juro que puedo sentir el tacto piel con piel.

Suelto el aire cuando se alejan en dirección   a la salida del pasillo, el mismo lugar donde se encuentran mis amigas.

Entró corriendo apoyando ambas manos en la mesada. Observo mi reflejo, tengo los cachetes absolutamente rojos y mis ojos con un brillo raro, como si fueran a llorar pero sin lágrimas.

Mojo mi cara,  la nuca, hasta mis muñecas de los nervios.

Doy vueltas y vueltas hasta que me siento en el frío suelo para homogeneizar la respiración.

Se me pasa el tiempo sin pensar en nada.

La mente en blanco.

La boca seca

Es hasta que entran a limpiar el baño que me levanté asustada y salgo un poco más calmada.

Pero no dura demasiado.

Mis pies quedan pegados al suelo con la escena que tengo en frente.

Mauricio está con mi cuaderno en manos.

Su amigo con una sonrisa triunfante.

¿Mis amigas ?

Eso fue lo que me mató.

Luz sentada con las manos en su rostro como si estuviera llorando.

Ana sonriendo hacia el morocho.

-Ana

Cuando la abreviatura del nombre de mi amiga sale de mis labios tengo cuatro par de ojos puestos en mí.

No puedo descifrar lo que veo en su rostro, es el único que me importa.

Sus ojos están vacíos, sin expresión.

Lo demás ocurre en cámara lenta.

Veo caer lentamente el cuaderno al piso.

Lo observo dar la vuelta empezando a caminar, apurando el paso poco a poco  hasta terminar corriendo hacia la salida.

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