Después de permanecer inconsciente media hora, desperté con un fuerte dolor de cabeza y ganas de vomitar, pero la escena de Luz diciendo que se encuentra internado volvió y salgo corriendo dejando de lado todo malestar. Mis amigas y Emiliano me siguen hasta frenarme en el estacionamiento.
No quería que me detuvieran, quería ir a ese hospital y saber como estaba.
Pero ¿Cómo iba a llegar? ¿En qué hospital estaba? ¿Qué le iba a decir a sus padres para que me dejaran entrar?
Emiliano se dio cuenta de todos mis interrogantes, así que voy a su lado en silencio desde que salimos de la facultad. Su auto tiene olor al perfume de Mauricio, lo reconocería donde fuera. Me muevo incómoda en el asiento del copiloto, el mismo donde él se sentaba. Bajo la vista a la guantera donde se encuentran envoltorio de caramelos, frituras y hasta latas de gaseosas. Al final de toda esta basura se encuentra un examen calificado con 10, agudizo la vista tratando de leer el nombre.
-Es de Mauri-me exalto a escuchar su voz, ¿Cómo supo...? y es en ese momento que me percato que en mi inconsciente había movido el cuerpo hacia adelante como buena chicha
-Es muy inteligente-digo con mi cara completamente roja y en susurro. Desvío la mirada hacia la ventanilla para ver los autos pasar. Escucho un "si" en un volumen mínimo y eso fue el único intercambio de palabras durante todo el recorrido.
El guardia nos sonríe de modo bienvenida, como si entrar a la sala de urgencia de un hospital fuera grato.
Nunca me han gustado los hospitales ¿A quién sí? Ese olor, las personas amontonadas en la guardia esperando a ser atendidas, los médicos corriendo de acá para allá aunque estén hace 24 hs trabajando, las pestes, enfermedades; es como entrar en otro mundo, el mundo oscuro.
Nos adentramos al sector de internación pasando por una especie de puerta vaiven. Los enfermeros pasan con bolsas de suero, goteros y las carpetas con el historial de sus pacientes.
En la recepción preguntan nuestros nombres y el parentesco con el internado. Mis ojos salen de si al escuchar mi nombre y el parentesco de "novia" que me puso el morocho. La recepcionista frunce el ceño y me mira detenidamente.
-Perdón, pero en el sistema salta que se encuentra la novia del paciente de visita.
-¿Qué?-grita Emi, luego recapacita de su tono- Disculpe. Esto es imposible ¿Que nombre tiene?
-Sofía Castr...
-Esa jegu-se detiene-disculpe, esto debe ser un error, ella le mintió, es su ex, ellos...
Se pone a contarle toda la vida amorosa de su amigo como si a ella le importara. Empiezo a retroceder lentamente hasta chocar con la pared, dejando mi vista vagar por el lugar.
¿Y si ellos volvieron sin que su amigo lo supiera? ¿Y si de verdad son novios?
¿Qué lugar ocupo? Ninguno. Sobro en esta pintura.
Entonces ¿Que hago esperando? Perder mi tiempo y dejando que esto me dañe más.
Camino hacia Emiliano para que decirle que no se haga problema y se calmara ya que toda la gente empieza a mirar por el dramatismo de su voz y el movimiento de manos que acompaña la triste historia.
-Entonces él se volvió frío, un hielo, un glasear, como cuando deja una botella de agua que iba a llevar al gimnasio pero se la olvida, entonces cuando está en media sentadilla se acuerda y piensa "¿regreso a casa a sacarla o dejo que se reviente? no, no creo que se reviente ya que es de plástico", pero luego duda si era de ese materias y empieza a pensar que era de vidrio-toma una vacada de aire-bueno, eso páselo al amor, la cosa es que

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Miradas
Storie d'amoreA veces las miradas dicen más que todas las palabras de amor del mundo. Así se comunicaban. Con miradas. No se conocían. No sabían el nombre del otro. No sabían sus edades. Nunca hablaron. Solo las miradas, el contacto visual que hacían los ojos mar...