-1-

570 22 0
                                    

Segundo semestre de la carrera, apenas tenía 18 años, por equivocación salí temprano de mi casa, tal vez haya sido el destino. Tomé el autobús rumbo a la universidad.

Llegué  a las 14 hs, todavía faltaba una hora para que la clase comenzara así que me tomé mi tiempo. Abrí con delicadeza la puerta principal y me fui deslizando por el piso recién encerado. Iba feliz, sonriente caminado por los pasillos viendo a las personas conversando, riendo y otras tantas nerviosas, a estas últimas les regalaba sonrisas pues aunque no las conozca porque son de otras años y carreras, pienso que con una mirada de afecto y una sonrisa cálida todo mal que sientas se irá .

Doblo en el pasillo donde se encuentra el aula número 36 y es cuando todo sucede, dónde todo comenzó.

Del aula n° 35 sale una manada de chicos, todos diferentes, había morochos y rubios, hasta colorados; pero uno entre todos ellos me llama la atención. Es rubio, con ojos color cielo que te atrapan. Una mirada que quisieras que fuera tuya para siempre. 

Todos pasan por mi lado y me quedo estática con mi mirada hacia abajo para que no noten lo ruborizada que estoy. Levanto mi vista cuando creo que todos han pasado, pero justo cuando lo hago; mi mirada choca con la tuya haciendo que una corriente invada mi cuerpo hasta adentrarse en mis huesos.

Corriste rápido la tuya como si sólo por equivocación me viste pero desde ese momento me prometí venir temprano para verte pasar al recreo porque con sólo esos 10 segundos mis dias sonríen.

MiradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora