Capítulo 22

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Durante la cena, Luca noto unas cicatrices en los brazos de su hermano.

-Que te sucedió en los brazos, Vito?

-Me quemé- dijo simplemente, restándole importancia.

-Tú? El gran cocinero?

-Si.

-Dejaste cocinar a Anas, verdad? Te dije que no lo hicieras!

-Ella no tuvo la culpa...

-Si la tuve.- puso una mano sobre la de él. Vito la miró y sonrió de lado.

-Claro que no!

-Fue en el incendio?

-Si. Yo quedé atrapada dentro, y él entró por mi, aún sabiendo que tal vez no volveríamos a salir.

-No sé vivir sin ti, Anastasia. Lo haría una y mil veces.- acarició su mejilla con una sonrisa.

-Y ahí va mi discurso!- dijo el padre de Tas.

-Qué discurso, papá?

-Ese que el padre de la novia le da al yerno cuando está por casarse. Le dice que cuide a su hija por qué sino se las verá con él, y todo eso. Pero cómo se supone que lo haga si él ya arriesgó su vida por ti?

-No debe preocuparse, señor Clayton. La vida de Tas y nuestros hijos siempre será lo primero para mí.

-Ya echaste por tierra mis planes de darte miedo, así que sólo tutéame!- Vito sonrió.

Esa noche, Tas notó que Vito estaba extraño, pensativo.

-Te encuentras bien?

-Si... sólo...

-Te molestó que Matteo me llamara mamá?

-Claro que no, cariño. Me encanta! Le prometí a Fiama que lo criaría como mi hijo, y que conseguiría una madre para él. Mis planes estuvieron durante un tiempo en el tacho cuando creí que te casarías con mi hermano.

-Prometo cuidarlo como si fuera mío, Vito.

-Lo sé. Ya lo haces, cariño. Desde el primer día que llegaste aquí.

-Te amo.

-Y yo a ti.

-Algo te pasa... dime que es, por favor!

-Siento que algo se me escapa, Annie. Y no me doy cuenta de qué! Te falta algo para la boda? Quiero decir... no había pensado en tu familia, ni en la luna de miel... y ahora siento que algo más falta, y no logro saber que es...

-Un vestido...

-Un vestido?

-No tengo vestido de novia...

-Mañana mismo iremos a comprar uno!

-Si?

-Te lo prometo. Tal vez tenías razón, dos días es muy pronto. Y si no consigues el vestido que quieres?- en ese momento llamaron a la puerta, Vito se acercó a abrir, Luca estaba al otro lado con una gran caja.

-Olvidé darle esto a Tas... - la dejó en manos de su hermano y se fue.

-Qué es?- preguntó curiosa Annie.

-Dijo que era para ti. Ábrelo.

Ella no se hizo rogar, dejó la caja sobre la cama y levantó la tapa, corrió los papeles y se encontró con una tela de color blanco. La sacó despacio y se encontró con un hermoso vestido de novia, el vestido con el que había soñado desde pequeña, un vestido de corte imperio, sencillo, decorado con pequeñas piedritas en el escote y la falda. Los ojos se le llenaron de lágrimas.

-Es perfecto!

-Te diría que lo pruebes, pero prefiero verlo cuando estés viniendo hacia mí en el altar.

-Y además da mala suerte!- volvió a dejarlo en su lugar.

***

Al otro día terminaron de llegar los invitados de Tas, todas las habitaciones de la casa estaban ocupadas, a ella la alegría no le cabía en el pecho, y a él tampoco. Su mejor amigo también llegó de Londres, donde tenía una empresa de comunicaciones. Todos estaban felices por la pareja, y todos reían.

Pero a la noche, fue otra historia. Ellos iban de la mano, subiendo las escaleras y se encontraron a la madre de ella y sus dos amigas, Judith y Eloise, paradas delante de la puerta de la habitación que compartían.

-No van a dormir juntos esta noche.- Luca se unió divertido a los planes de las mujeres.

-Luca...- Vito apretaba la mano de Tas con fuerza. No quería que lo separen de ella.

-A mi no me mires. Yo sólo soy un insignificante hombre entre las guerreras.

-Los novios no pueden verse el día anterior a la boda. Les permitimos pasar el día juntos. Pero no la noche.

-No podemos ser una excepción?

-No- dijeron los cuatro a coro.

-No hay habitaciones disponibles!- dijo triunfal Vito.

-Tu despacho está vacío, y tiene un cómodo sofá.

-Bien!- gruñó- iré a dormir al maldito sofá.- se giró para mirarla.- sólo porque mañana serás mi esposa. Y entonces ya nadie podrá separarme de ti.

Ella lo miró con ternura y lo abrazó.

-Deja la puerta sin llave- susurró en su oído.

Él sonrió radiante y dejó un casto beso en sus labios para bajar contento las escaleras.

-Haré guardia en la puerta esta noche.- dijo Luca para molestar a su hermano.

Y lo hizo. Un rato después, cuando Tas quiso salir, se encontró a Luca parado en la puerta, él comenzó a hacer el ruido de una alarma.

-IU-IU-IU-IU-IU!! Atención! tenemos una fugitiva!

Tas volvió a entrar cerrando la puerta de un golpe. Esperó una hora más, y cuando asomó la cabeza, su captor dormía, desparramado en el piso.

Entró despacio al despacho, pensando que encontraría a Vito dormido, pero él estaba sentado, con los codos en las rodillas y la cabeza entre las manos.

-Estás nervioso?- él levantó rápido la cabeza y la miró.

-Estoy ansioso!

-Shhh. No hagas ruido. Luca duerme en el pasillo de arriba.

Hicieron el amor sobre el sillón y se quedaron abrazados desnudos, un par de horas después, comenzaron a escuchar el alboroto en la planta superior. Y segundos después, alguien golpeaba su puerta con fuerza.

-Vito! abre la puerta! se que la tienes ahí! Abre la puerta o la tiro abajo!

-No está aquí, Luca. Como hayas perdido a mi prometida, te mato!- la besó con pasión y fue a asomar la cabeza por la puerta, haciéndose el dormido.

-Donde está?

-No está aquí!

-Abre la puerta!- Vito miró hacia atrás, para decirle que se oculte, pero ella ya no estaba, vio que la cortina se movía suavemente con el viento que entraba por la ventana. Había salido. Abrió la puerta de par en par.

-Te dije que no estaba aquí!

-Pero... no está en su habitación- Luca no entendía que sucedía. El timbre de la casa sonó. Fue hasta la puerta y la abrió.

-Qué haces afuera a esta hora?!

-No podía dormir.- mintió.- salí a tomar aire, pero la puerta se cerró.

-Algo se me está escapando. Ahora sube a tu habitación.

Tas le tiró un beso al aire a Vito, que lo hizo sonreír, entonces levantó la mano para saludarla y volvió a encerrarse en el despacho.

A esa misma hora, mañana, ella sería la señora de Astori. Sonrió feliz y se durmió.

Catando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora