Capítulo 14

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Tres días habían pasado de la llegada y pronta partida de Luca. Sólo faltaban 10 días para la boda. Vito sentía que la arena de su reloj comenzaba a agotarse, y mientras eso sucedía, él más se desesperaba.

Tas se veía más feliz que nunca. Pasaba todo el día sonriendo, y cuidando de Matteo mientras Vito trabajaba. Esa tarde estaban en el patio trasero, jugando sobre una manta que ella había tirado sobre el césped. Él los veía desde la ventana del despacho y no dejaba de sonreír. Tas giraba sobre el césped y reía a carcajadas cuando Matteo salía a buscarla y se tiraba sobre ella. Después de un rato jugando, Matteo se acercó a ella gateando y se sentó sobre sus piernas, apoyando la cabecita en su pecho, dándole a entender que tenía sueño, y justo antes de que el niño cerrara los ojos, lo escuchó decir su primera palabra.

-Ma-ma- y termino por caer en los brazos de Morfeo.

-Qué?- pero él ya no iba a responder, y ella no sabía qué hacer. No sabía si sería prudente contarle aquello a Vito. No quería que se enoje con ella por aquel motivo. Sabía que él adoraba a su hermana, y seguramente se enfadaría con ella si se enteraba que le había dicho mamá. Tal vez si se alejaba un poco del pequeño, y si tenía suerte, no volvía a decirle mamá... mucho menos frente a Vito.

Cuando entró a la casa con Matteo dormido en brazos, Vito salía del despacho con los lentes de sol en una mano y las llaves del auto en la otra. Él vió su cara de angustia, y lo primero que se le pasó por la cabeza fue que ella se estaba arrepintiendo de lo que habían hecho. Y entonces ella levantó la cabeza y cuando lo vió le regaló esa hermosa sonrisa que lo derretía.

-Vas a salir?

-Si. Tengo que hacer unos trámites en la ciudad. Dejé la cena lista, pero creo que voy a llegar para comer con ustedes.

-Si no llegas, te esperaré.- él colocó la mano en su mejilla y le sonrió.

-Lo harás?

-Por supuesto!- se puso en puntillas y él acortó la distancia para besarla.

-Te veo después, bella.

***

Estaba comenzando a anochecer cuando alguien llamó a la puerta. Tas abrió y se encontró con una mujer embarazada, y detrás de ella, mucho alboroto.

-Si?

-Está el señor Astori?- preguntó algo agitada.

-No. No está. Se encuentra bien?

-Oh! Dio! La bodega se está incendiando!

-Oh, por Dios! Usted no puede volver allí! Quédese aquí con Matteo, y si viene el señor Astori, le informa de lo sucedido!- salió corriendo de la casa en dirección a la bodega privada de Vito, que se encontraba unos cuantos metros alejada de la casa principal.

Las llamas parecían estar tragándose toda la estructura, por un momento se quedó paralizada. Había mucha gente cargando baldes con agua para intentar apagar el fuego. Sin dudarlo se unió a ellos, entraba y salía tirando agua, pero al alcohol de las botellas que se rompían incentivaba el fuego. Entró con un balde lleno, pero ya no pudo salir, pues el fuego se extendió y quedó atrapada. Los ojos le lloraban, y el humo no le permitía respirar bien. Se hizo bolita en un rincón alejado del fuego y cerró los ojos con fuerza. Hasta ahí había llegado, su vida terminaría consumida por las llamas a los cortos 27 años. Había soñado con casarse y formar una familia, ahora aquello nunca podría ser. Pensó en sus padres, en su primer día de trabajo con Luca, sus amigos, toda la boda que había organizado y que ya no podría disfrutar, y en Vito y Matteo, dos hombres que en tan poco tiempo se había metido tan en el fondo de su corazón. Dejó a su mente vagar hacia lo que pudo ser y no fue.

***

Cuando Vito volvió a la casa, se encontró con la bodega siendo devorada por las llamas. Todo su trabajo y sacrificio consumido por el fuego. Qué había pasado? Era normal que en verano existiera algún incendio, pero apenas había dejado atrás el invierno, y las temperaturas no eran tan altas. Se bajó del auto y fue directamente a hablar con su hombre de confianza, que estaba con los demás cargando agua, mientras otros estaban con una manguera.

-Qué sucedió, Alonzo?

-No lo sabemos. Cuando nos dimos cuenta de que había fuego ya estaba demasiado grande.

A lo lejos se podían oír las sirenas del camión de bomberos.

-Todos están bien? Hay algún herido?

-Hay alguien atrapado adentro... No sabemos quién aún. Los bomberos podrán apagarlo.

-Iré a ver que Tas y Matteo estén bien.

Corrió a la casa, y cuando entró fue directo a la escalera, pero el llanto de su sobrino lo hizo detenerse. Se giró para mirarlos y se encontró con una chica embarazada con Matteo en brazos.

-Y Anastasia?- su voz tembló. No sabía porque de repente estaba tan nervioso. A decir verdad, temía la respuesta de aquella muchacha.

-La señorita fue a ayudar con el fuego- dijo tímida.

-Quédate con él.

Corrió afuera y la buscó entre la gente que ayudaba a apagar el incendio, no la veía por ningún lado. Los bomberos ya habían llegado y empezaban a bajar la manguera.

-Alonzo! dónde está Anastasia?- el hombre lo miró con pesar.- DÓNDE ESTÁ!?

-Acaban de decirme que es ella la que está atrapada adentro.

-NO! no, no, no, no!

Corrió hacia la bodega y buscó un lugar para entrar, el agua había logrado hacer un pequeño hueco entre las llamas, y la verdad era que no le importaba una mierda si se quemaba vivo. Sacaría a Tasia de allí, aunque fuera lo último que hiciera. O moriría junto a ella.

-TAS! DÓNDE ESTÁS?

Seguía gritando, pero nadie respondía. Su corazón palpitaba con fuerza, las lágrimas caían por sus mejillas, pero el humo no tenía nada que ver con aquello. Estaba desesperado, quería encontrarla, necesitaba hacerlo.

De repente la vio en un rincón, agachada, hecha una bolita, apretándose contra la pared. Corrió hasta ella, se agachó a su lado y la abrazó.

-Estás bien?- ella no respondió. Él levantó su mentón para verle la cara y la encontró con los ojos cerrados. Su cuerpo se aflojó y estuvo a punto de caer hacia el otro lado, pero Vito la abrazó más fuerte.

-Cariño? Despierta! Annie, Amore mio, despierta! Por favor, despierta!- Temió lo peor y lloró con más fuerzas.- No me dejes, amore, por favor! despierta- susurró por última vez.

Catando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora