La dejó sola media hora, el tiempo que le había llevado hacer la denuncia. Luego volvió al hospital y juntos volvieron al viñedo. Cuando llegaron, Matteo ya estaba despierto, y lloraba desconsoladamente. Tas lo vió y corrió a cargarlo en brazos y llorar junto a él. La verdad era que lo había extrañado como nunca imaginó. Lo apretó contra su cuerpo y beso su cabecita repetidas veces.
-Quien los viera así pensarían que son madre e hijo, verdad?- comentó Alonzo en voz baja a su jefe.
-Si.- susurró Vito. Luego se dirigió a Tas.- Iré a llamar a Luca.
-No!- tosió débilmente un par de veces.
-No hables, Annie! creí que había quedado claro!- ella lo sujetó de la mano y negó repetidamente con la cabeza.- No quieres que lo llame?
-No- susurró. Vito frunció el ceño. Luego con cara cansada asintió y pasó un brazo sobre sus hombros y dejó un beso en su frente.
Matteo se había dormido en brazos de Tasia, producto de mucho llorar y haber pasado una mala noche.
-Gracias por quedarse anoche.- dijo Vito a la pareja, estos se despidieron y volvieron a su casa.- Iré a darme un baño, creo que lo necesito.
Tas se apresuró a dejar al niño en su cuna y entró a la habitación del italiano, se quitó la ropa y entró al baño. Vito se estaba metiendo en la bañera, que estaba llena de espuma.
Lo último que hubiese imaginado era que Annie entraría desnuda y se metería con él a la bañera. Se ubicó de frente, a horcajadas sobre él, y comenzó a besarle el cuello. Pasaba sus manos suavemente por su cuerpo, por su duro pecho, su espalda, su abdomen, y no dejaba de besarlo. Hizo un camino de suaves besos por su mentón, y cuando iba a llegar a su boca, él la detuvo.
-Dije que no habría besos para ti. No me dieron indicaciones para el resto...- ella sonrió y volvió a besar su rostro, siempre evitando sus labios.
Él por su parte, acariciaba sus muslos, por debajo del agua, siguió por su abdomen y su espalda, luego volvió al frente y acarició sus pechos. Llevó una mano a la parte posterior de su cabeza y la hizo mirar hacia el techo para atacar su cuello con besos y pequeñas mordidas. Una mano bajó por su espalda para pegarla más a su cuerpo y siguió hacia abajo, pasando por sus nalgas, y buscando desde atrás su centro, la tocó y la excitó hasta llevarla casi a la cima. Luego, mirándola a los ojos, la hizo descender sobre su erección, llenándola por completo. Vito estimulaba un pecho de ella con su boca, mientras el movimiento que ella realizaba hacia arriba y abajo hacía que el agua saliera en olas de la bañera. Él la tomó de las caderas para obligarla a incrementar la velocidad de las embestidas. Ella gemía y él intentaba callarla para que no sufriera un ataque de tos. Finalmente ambos se dejaron ir con un grito gutural, que obligó a Tas a tragar con fuerza para evitar el espasmo. Lo miró un momento y le dejó un beso rápido en los labios que lo hizo sonreír embobado.
Se quedaron en la bañera un rato, hasta que Vito notó que la piel de Annie se erizaba por el frío.
-Hay que salir, cara.- ella se quejó.- Nada de quejas!
Salieron de la bañera y Vito la secó con una toalla para luego envolverla en una suave bata. Luego la cargó y la dejó sobre la cama que compartían.
-Te prepararé una sopa crema, está bien?- ella asintió con una sonrisa, y luego sus ojos se cerraron.
Vito cerró la puerta despacio y bajó las escaleras rumbo a la cocina. Cuando había seleccionado todas las verduras el teléfono sonó. Se encerró en su despacho para responder la llamada. Vió en la pantalla que era su hermano, estuvo tentado a no atender, pero cerró los ojos y contestó
-Hola?
-Hola Vito.
-Luca, cómo estás?
-Bien, y tu?
-Bien.- suspiró.
-Seguro que estás bien?
-Si, todo está bien. Tuve una mala noche, Matteo me mantuvo despierto.
-Oh... él está bien?
-Si, sólo estaba molesto...- no quiso contarle lo sucedido con la bodega y con Annie, ella le había pedido que no lo llamara.
-Y Anas?
-Está descansando, ella también se despertó con Matteo.-mintió.
-Bien... necesito pedirte un favor, Vito...
-Dime.
-Has notado que Anas no lleva un anillo de compromiso?- él lo pensó un momento.
-Yo... la verdad no me había dado cuenta, pero ahora que lo dices, si. No lleva anillo.
-Exacto.
-Y que puedo hacer yo?
-Necesito que le compres un anillo.- lo último que quería era comprar el anillo que uniría a Annie con su hermano.
-No deberías hacerlo tu, Luca?
-No soy bueno con esas cosas. Crees que puedas hacerlo por mi?
-De acuerdo, qué es lo que quieres que compre?
-Un anillo, Vito. Acabo de decírtelo.
-Ya, Luca. Pero cómo lo quieres?
-..... Redondo? No se, Vito! te dije que no soy bueno con esas cosas!
-No tienes alguna idea?
-No... fíjate uno que te recuerde a ella... no puede ser muy difícil, no?
-Uno que me recuerde a ella... está bien.
-Gracias, Vito! Me salvas la vida!
-Debo dejarte, tengo que hacer la comida...
-Si... no dejes a Anas tocar la cocina! Un día incendió la cocina de la oficina por hacer un café!- rió a carcajadas.
-No sabía eso...-comentó.
-Su madre se puso como loca cuando se enteró. Dijo que me denunciaría si volvía a permitir que algo así sucediera.- continuó.
-Prometo no dejar que toque nada. Hasta luego Luca.
-Adios! y gracias!
Colgó y volvió a la cocina para hacer la sopa de Tas. Cuando terminó, subió un plato a su habitación en una bandeja. Abrió la puerta despacio y dejó la comida en la mesa de luz. Se sentó en la cama a un costado y acarició su cabello.
-Annie?
-Mmmmm- se quejó ella.
-Shhh, despierta, que no eres la bella durmiente, se supone que eras Blancanieves.
Abrió los ojos despacio, y sonrió cuando él la llamó de esa forma.
-Yo... comí la... manzana.
-Cierto, Blancanieves comía la manzana encantada. Cómo despertaba?
-Un... beso.
-Del príncipe azul?- ella asintió- crees que pueda conseguir uno por aquí?
Ella volvió a asentir y estiró los brazos para recibirlo, Vito se colocó sobre ella y le dio un corto pero apasionado beso, que dejó a Tas con ganas de más. Luego dejó la bandeja sobre sus piernas y se fue a buscar a Matteo, que se había despertado de la siesta.
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Catando el amor
RomantizmLa vida del italiano Vito Astori da un giro cuando su hermana fallece, dejándolo a cargo de su pequeño sobrino. Pero todo empeora cuando su hermano, Luca, le cuenta que va a casarse... con la mujer que él ama.