Capítulo 13

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Luca salió del despacho y buscó a Tas. La encontró sentada en el patio trasero sobre el césped.

-Hey! Todo bien?

-Si... y tú?

-Todo en orden... cómo van las cosas por aquí?

-Todo marcha muy bien... tengo unas invitaciones que mostrarte ya que estás aquí...

-Cómo son?

-Me gustaron unas que son color blanco con las letras en un color rosa perlado. Arriba tenían unas copas de champaña, pero me gustaría cambiarlas por unas copas de vino tinto... ya que estamos en un viñedo...

-Me encanta... a tí te gusta?

-Si. No te molesta que sea con rosa?

-Si a ti te gusta, a mi también! Pero deja que de eso me encargo yo. Dónde puedo verlas?

-Una página de internet. Tú le mandas los nombres y direcciones de los invitados y ellos se encargan de enviarlas.

-Genial! luego me dices cuál es esa página...- se quedaron un rato en silencio, viendo el horizonte.

-Luca...?

-Qué sucede? Estás rara...

-Luego de la boda voy a dejarlo...

-Qué cosa?

-El trabajo... trabajé mucho tiempo para tí, y sabes que te adoro. Pero ya no puedo seguir trabajando...

-De acuerdo, cielo.

-Gracias por tomártelo tan bien.

-Sabía que este día llegaría...-se quedó un rato en silencio- Debo volver a Londres...

-Está todo bien con Vito?

-Si... todo en orden, ya está todo solucionado.

-Era muy grave el problema que había?

-Para nada.

Luca se quedó un rato más, vió a Matteo y jugó un rato con él. Luego se despidió de todos en la puerta de la casa, no quería que lo llevaran al aeropuerto. Vito se había extrañado con aquello, y más aún cuando él dejó un simple beso en la frente de Tas. Él le había dado besos más apasionados. Incluso el sólo hecho de pensar en separarse de ella le partía el alma y le hacía desear tenerla entre sus brazos para besarla hasta dejarla sin sentido. Su hermano había dicho que la amaba con locura, pero ahora que lo pensaba, tal vez Luca no sabía realmente lo que era amar. Y ahora estaba en el mismo lugar que antes. No sabía si su hermano amaba a Tasia. Cuando el taxi desapareció de la vista, ella se giró con Matteo en brazos y encaró a Vito.

-Estás bien?

-Si... y tú?

-Si.- se puso en puntas de pie y lo besó. Él no pudo resistirse, aunque hubiera tenido esa idea, y hubiera puesto toda su voluntad. Pero ya era tarde, ya estaba rendido a sus pies, lo había hecho hacía demasiado tiempo. Aquella mañana en la que llegó a la oficina de Luca y ella lo recibió con esa hermosa sonrisa tan suya y un brillo tan especial en los ojos.

-Buenos días, señor... es pariente del señor Astori?- preguntó viendo el asombroso parecido, aunque el hombre que tenía enfrente tenía un aura especial.

-Soy su hermano, señorita...?

-Clayton, Anastasia Clayton

-Es un placer, señorita Clayton.

Catando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora