Capítulo 10

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Las pizzas de Vito levantaron notablemente el ánimo de Tas. Ese día había hecho una fugazzeta, una con jamón crudo, rúcula y queso regianito y la última con anchoas. Tas había vuelto a comer como nunca. Jamás se cansaría de las pizzas de Vito. Era increíble en la cocina. Comieron y bebieron vino alegremente durante la cena, y luego, el italiano le propuso ver una película.

-Bien... pero una comedia! tuve demasiadas lágrimas por hoy!

-Me parece perfecto... nada de lágrimas!- la abrazó fuerte y subió con su sobrino a la habitación. Cuando salió de esta se encontró a Tasia en el pasillo.

-Se durmió?

-Si... no veremos la película?

-Pensé que podríamos verla en la cama...

-Tú... quieres volver a dormir conmigo?

-Yo... lo siento... tú no?

-Cla-claro que si! es que no sabía...

-Voy a cambiarme... ve eligiendo una...

-De acuerdo.

Vito se acomodó en la cama y busco una comedia en la lista digital, la seleccionó y la pausó para esperar a Tas. Ella no tardó mucho en volver ataviada con el hermoso picardías y el deshabillé sin prender encima. Estaba extremadamente sexy, y ella parecía ignorar completamente ese hecho. El movimiento de sus caderas al caminar volvería loco a cualquier hombre con ojos, y si fuera ciego, el aroma a cerezas que desprendía de ella seguro terminaría por cautivarlo. Todo en ella gritaba sensualidad. Y que no fuera consciente sólo lo incrementaba más. Se acomodó a su lado y se acurrucó contra su cuerpo.

Vito no podía pensar, no estaba para nada concentrado en la película, lo único que él podía sentir era el cuerpo de ella casi desnudo contra su costado, podía sentir sus movimientos al respirar y la vibración que producía su risa. Ella buscó su mano y entrelazó los dedos, él dejó un beso en su coronilla y ella sonrió. Después de unos minutos, su cuerpo exigía tenerla más cerca. De hecho, su cuerpo pedía que su humedad lo rodeé.

-Fue una pésima idea ver la película en la cama.- masculló irritado por el dolor que sentía en su entrepierna.

-Lo siento...- bajó la cabeza dolida. Iba a levantarse, pero él se lo impidió dejándola atrapada entre su cuerpo duro y el colchón.

-No dejo de sentir tu cuerpo casi desnudo contra mí, cariño... y me estoy volviendo loco.- la besó con delicadeza mientras acariciaba sus muslos. Pidió permiso con su lengua, y ella abrió la boca concediéndolo.

Vito siguió un camino ascendente con las manos, y se separó para mirarla a los ojos cuando llegó a la cadera y se percató que no llevaba puesta ropa interior.

-Eres una pequeña muy traviesa.- dijo con una brillo sensual en sus ojos.

-No te hagas ideas raras sobre mí.- dijo sonrojada.- siempre duermo sin ropa interior...

-Y eso por qué?

-Lo recomiendan los médicos...

-Para volver loco al hombre que tengan al lado?

-No me voy a poner a hablar de eso contigo en este momento... Prefiero que me hagas el amor...

Él no se hizo rogar. Volvió a besarla y acariciarla. Sus manos recorrían su cuerpo sin parar, y sus labios dejaban atrás un rastro de besos. Quitó el camisón por su cabeza y se dedicó a acariciar y besar sus pezones. Volvió a tomar sus labios mientras con una de sus manos buscaba su centro. El sonido de la película pasó a ser un murmullo lejano, y la habitación se llenó de sus jadeos y gemidos. Vito la amó con su cuerpo, le dijo con su pasión lo que no podía decir con palabras. Se enterró en ella despacio, mirándola a los ojos, acariciando cada parte de su cuerpo. Ella arañaba su espalda, presa de la pasión que compartían. Tomó su cara con las manos y lo acercó a ella para besarlo. Se amaron toda la noche, lenta y apasionadamente. Entonces, cuando ambos cayeron rendidos, él la abrazó de la cintura fuertemente y la pegó a su cuerpo con la intención de nunca dejarla ir.

***

A la mañana siguiente volvió a despertarse solo. Esta vez estaba más tranquilo, sabía que ella se había levantado por Matteo y que no tardaría en entrar por la puerta con el niño en brazos. Y así fue, sólo 5 minutos después, Tasia entró con un Matteo muy despierto y volvió a acostarse a su lado. La pegó a él y la besó con toda la pasión de la noche anterior. Y cuando se separó ella estaba sonrojada, con los labios hinchados y una hermosa sonrisa en el rostro. Estaba hermosa. Cada día la encontraba más hermosa.

-Es hermoso despertar así- comentó ella feliz.

-Si que lo es. Estas hermosa con los ojos hinchados y toda despeinada... - dijo él con ternura.

-Tú pareces más fresco que una lechuga!

-Tuve un sueño reparador- acarició su mejilla con la punta de sus dedos y ella se sonrojó. Acarició sus labios y se acercó a besarla. La acostó y se colocó encima de ella, que rodeó su cadera con las piernas. De repente comenzó a reír, cosa que desconcertó a Vito.

-Qué es tan gracioso como para reirte cuando estoy por hacerte el amor?- gruñó

-Matteo está aquí, Vito!- pegó su frente a la de la joven y rió bajo.

-No pienso cuando te tengo cerca... mucho menos cuando se que no llevas puesta ropa interior...- ella se sonrojó y lo besó.

-Entonces creo que lo mejor será que vaya a cambiarme...

-Para mí lo mejor sería que andes desnuda todo el tiempo. Adoro tu cuerpo. Eres hermosa...- volvió a besarla.

-No voy a andar todo el día desnuda... pero puedo esperarte desnuda en la cama esta noche- dijo con voz inocente, que sonó muy sensual para Vito.

-Te tomo la palabra... ahora vete de aquí antes de que me vuelva a olvidar de mi sobrino y te haga olvidarlo también!

Ella se levantó y cuando pasó a su lado él le pegó una pequeña nalgada que la hizo sonrojar.

Vito no podía dejar de pensar en ella, había algo que aún no le cerraba. Era una increíble mujer. No parecía para nada alguien que se casaría por dinero. Pero tampoco parecía alguien que engañaría a su prometido con el hermano de este, y ahí estaban. Cada vez que quería sacar el tema de Luca, ella hablaba de cualquier otra cosa, y para qué engañarse? Él tampoco quería pensar en lo basura que estaba siendo acostándose con la prometida de su hermano. No había podido evitarlo, pero esa no era excusa. Debía haber algo más... algo que él no estaba viendo. Intentó recordar la conversación que había tenido con su hermano cuando le dijo que iba a casarse. Recordaba no haber prestado atención luego de que le dijo que se casaría con Ana... había logrado filtrar algo sobre sexo oral... o algo así. Pero nada concreto. Tenía que haber alguna manera de descubrir qué estaba pasando.

***

Dos días después, cuando Vito regresó a la casa, se encontró todo en silencio. Pensó que tal vez Tas estuviera haciendo dormir la siesta a Matteo, así que la buscó en la habitación del niño. Pero cuando entró se la encontró vacía. Pensó que podría estar en la habitación de ella, pero nada. Bajó las escaleras y buscó en el patio, luego en la cocina y hasta en el despacho. Nada. Una idea iluminó su mente. Corrió escaleras arriba y abrió la puerta de su habitación. Todas sus dudas se disiparon. Sabía la clase de mujer que era Anastasia. Ahora lo único que tenía que hacer era pensar que haría con aquella nueva información.

Catando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora