Las horas pasan...
El tick tack del reloj resuena en mi cabeza...
La botella tan frágil que sostenía en mis dedos, se desliza y se rompe en tantos pedazos...
Que se asimilan a mi cordura.
La tormenta se desata y muestra el fino hilo que me hata a la realidad.
Entre las sombras de aquella tormenta, alguien lo corta...
El hilo que me sostenía en la realidad, desparece y me deja perecer en la agonía, e desesperanza de este lugar tan infame...
La agonía absorbe todo aquello que conozco...
La realidad parece un espejismo...
La tormenta toma potencia, arraza todo lo que se le atraviesa.
Y degolla todos aquellos seres que se fueron en su contra.