Carta al vacío en sus ojos:
¿Por qué no la salve?, no lo sé...
La primera vez que nos conocimos ella estaba luchando por liberarse y yo luchando por ser el más fuerte.
Recuerdo que en su mirada desesperada pude ver como si una flor y una pradera tomasen vida.
Vida...
En sus ojos tan distintos al resto pude apreciar lo que hace tiempo di por perdido, vida.
La envidia podría decir, que sentí al ver que ella poseía algo que tan desesperadamente buscaba en este pútrido lugar fue lo que me hizo simplemente mantener mi vista en sus ojos tan a vivaces pero la envidia fue lo que me hizo dejarle ir.
Si ella se quebraba, dejaría de tener esos ojos vivaces y deslumbrantes pero... No fue así. Ella se volvió una superviviente. Sus ojos brillan aún más, como si su deseo por prevalecer en este lugar fuese incluso más fuerte que antes.
La vida en sus ojos era mucho más notoria que mi creciente poder en este infierno. Mi envidia y obsesión hacía algo que yo no podía obtener me mantuvo al margen de todo en su ser.
Su vida, sus acciones, sus destrezas, desastres y desilusiones.
Nada opacaba el brillo en sus mirada, nada salvo la envidia y la codicia de este pútrido infierno.
Yo no fui el único en notar como ella era vida y nosotros los muertos.
Todos comenzaron a querer tener la vida en su poder, yo incluso cai ante tal instinto mortal de tener lo que no se puede obtener.
Y he me aquí. Con la vida alfrente de mi. Más quebrada y destruida que nunca; Con un brillo opaco, muerto, lleno de desesperación, miedo y cansancio.
Ojos iguales al resto de este infierno.
Finalmente creo que la vida persistió ante la muerte y ahora es lo único que puede apreciarse.