Destrozada ando...
Cuidando cada paso que llevo dando...
Contando las estrellas que alumbran mi pesado caminar...
En la Luna, veo como la luz que refleja no es más que una simple ilusión que se marchara al llegar el próximo día.
Las voces susurran a la par que sopla el viento...
Mi cabello toma vida propia y toma su propio camino con la simple ayuda del viento.
Las voces susurran cosas que caen como plomo a mis espaldas.
Recordandome que no siempre puedo obtener lo que deseó, que no todo lo que yo valoró, me valora a mi.
Que no todo lo que quiero cuidar, se quiere dejar ayudar.
Recordando me que apesar de mi cuidado con aquéllo que tanto quiero, igual esa persona pronto se cansara de la monotonía y se ira.
No puedo matarle porque me abandonaría mucho más pronto.
No puedo dejarla vivir porque no sería mía, me ignoraria y sería más doloroso según ellas... Ver a esa persona riendo con otras y olvidandonos a nosotras.
Entonces...
¿Si la secuestro...?
Esa persona me odiaria, pero igual seguiría en victoria ya que... Si no puedo estar atormentandole su corazón.
Estaré atormentandole mentalmente...
Y eso es mucho más fácil.