Jû yon (14)

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Abrió los ojos con lentitud, se hallaba sentado en el suelo, paseo su vista por el sitio donde se hallaba, era un lugar desconocido para él, ¿Dónde estaba?

Paseo sus manos por sus brazos, tratando de calmarse y así hallar un camino de regreso a casa, aunque no lo admitiese, estaba asustado.

Entonces, como si pequeñas imágenes se proyectarán en sus ojos, lo recordó todo, absolutamente todo.

El proyecto de Hiro, luego el incendio, él entrando a la universidad a ayudar al Señor Callaghan...y la explosión.

Se levanto y vio sus manos, su miedo se transformo rápidamente en horror,¡Sus manos eran de hueso!

Acaso estaba... ¿muerto?, ¡No!, ¡Se negaba a aquello!.

¿Qué pasaría con su tía, su hermano y sus amigos?, ¿y Héctor?, ¿qué pasaría con Héctor?, ¿así terminaría todo?, su vida, sus sueños, sus anhelos, todo lo que había planeado, ¿a la basura.

El muerto y su alma gemela en quien sabe qué lugar.

Las lágrimas cayeron de sus cuencas como ríos de agua, estaba solo, no había nadie que le consolará, estaba perdido y nadie le ayudaría.

-Oye chamaco, ¿Por qué lloras? -Preguntó alguien, solo podía notar unas botas que portaba aquel que le hablaba.

Subió su mirada viendo a un esqueleto con un sombrero de paja y unas ropas ya rasgadas, tenía una mueca de preocupación en su huesudo rostro.

-No es nada señor -Dijo mientras limpiaba con el dorso de su mano las lágrimas que habían salido anteriormente -Solo que...no se donde estoy.

-Debes ser el nuevo -Supuso el esqueleto

¿El nuevo?, ¿acaso ya sabían de su muerte todos?

Eso lo deprimía mas de lo que ya estaba.

Al parecer el gesto no paso desapercibido por el otro por que rió de manera nerviosa mientras rascaba sus cabellos negros.

-No te quería incomodar chamaco, perdoname -Se disculpó el mayor, acaso, ¿se estaba echando la culpa?, ¿qué clase de persona hacia aquello?

-No es su culpa, solo que deje a mi hermano y a mi tía solos -Expresó desanimado

-Si te consuela de algo, yo al morir deje a mi ex-esposa y a mi hija solas

Pobre hombre pensó, se veía una mueca de tristeza en donde antes había una bella sonrisa dedicada solo para él, sintió pena por su contrario, él le había recordado ese momento triste.

-Lo siento, no quise recordárselo -Se disculpo de inmediato -Soy un tonto

El otro soltó una risita, eso le hizo sonreír inconscientemente y sentir un leve palpitar en su corazón muerto, ¿Acaso podía seguir latiendo su corazón después de muerto?

-El pasado es pasado, vamos, levántate chamaco, hay que registrarte como muertito oficial.

El mayor le extendió su mano huesuda y con confianza la tomo, sintió una corriente pasar por él, algo tonto ya que estaba muerto y debía ser inmune a esas sensaciones.

-Y, ¿cómo te llamas chamaco?, yo soy Héctor Rivera, a tus servicios

No pudo quitar su mueca de sorpresa, no, esto era una broma, una cruel broma.

Él, su alma gemela, estaba muerto, tuvo una esposa y una hija.

Y, estaba frente a él.

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Editado 25-04-2019

Futago no tamashī (Hectashi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora