Ju san (13)

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Era en esos momentos donde Hiro odiaba su gran intelecto, ¿la razón?, estaba falto de imaginación, no podía hallar una idea que considerase buena.

-Tonto cerebro que no funciona -Había soltado con molestia mientras golpeaba su cabeza con la mesa de su escritorio, como si aquello le diera una idea como por arte de magia.

-Terminado a los catorce, que triste -Se burló Tadashi mientras leía su revista en la comodidad de su cama, lo dejaría sufrir unos minutos más, tal vez así tendrían el cerebro igual.

Por fin se había hartado de los constantes golpes en la mesa, por lo que se levanto de su cama dejando aquella revista en el olvido, camino a paso decidido hacia su hermano, tomando sus piernas en sus hombros para empezar a sacudirlo con insistencia.

-Debes ver las cosas desde una perspectiva diferente, Hiro -Le dijo mientras seguía dándole varias sacudidas para que acomodara esas ideas.

Entonces Hiro quedo en silencio unos momentos antes de sonreír.

-Tengo una idea Tadashi

Ese era su hermano

-¡Y cuando Miguel vea lo famoso que soy me amara por siempre!

Si, definitivamente ese era su hermano.

Hiro le había pedido estar solo en la cochera para poder preparar el lugar y las cosas que requeriría para su proyecto, del cual era desconocedor, solo había aceptado sin ninguna objeción deseándole suerte, sabía que lograría hacer una gran idea en poco tiempo.

Habían pasado unas horas, ya era de madrugada y Hiro seguía encerrado así que, junto a su tía Cass, la cual se había desvelado junto con él hasta ver a Hiro en el interior de la casa, ambos llevaban galletas y café para el menor, ya iban por la sala cuando sintió un dolor demasiado intenso que lo hizo tirar la bandeja con galletas mientras se apretaba el vientre y su tía lo veía asustada

-¡¿Qué sucede Tadashi!?

El dolor era tan fuerte que no podía ni hablar, sentía como si su boca estuviese sellada mientras lágrimas brotaban de sus ojos, subió la mirada ligeramente al calendario, era la madrugada del primero de noviembre...¡¿cómo es que apenas notaba aquello!?, sabía que ese día debía estar en cama y como idiota se había desvelado teniendo ahora mismo las consecuencias de aquél acto.

Su tía lo llevo con esfuerzo a un sillón, se acostó como pudo soltando varios quejidos de dolor mientras apretaba su vientre, con dificultad subió su camisa tratando de acariciar su marca, tanteo con sus dedos sin sentir aquella marca cual tatuaje, bajo levemente su mirada viendo con horror como sus palabras desaparecían paulatinamente.

¡Sus palabras, estaban desapareciendo!

Su corazón latía como loco mientras soltaba otro quejido, el dolor disminuyó unos minutos antes de volver con la misma intensidad que antes, los minutos eran insoportables, solo podía quejarse y dejar salir lágrimas, algo pasaba con Héctor y lo estaba matando, no supo cuánto tiempo estuvo así, pero parecía una eternidad, cerro sus ojos quedándose dormido por el dolor.

Las horas transcurrían, la tia de los menores había ido varias veces a ver a su sobrino, limpiando con un trapo húmedo la frente sudorosa del mayor, había mandado a dormir a Hiro, diciéndole que Tadashi se quedaría en el sillón con una tonta excusa que su sobrino tomo por verdadera.

Por fin Tadashi abrió sus ojos, su tía estaba a su lado y al verlo despierto se acercó asustada.

-¡¿Estas bien Tadashi!?

El menor iba a responder que estaba bien cuando recordó algo.

-¡Mis palabras! -Exclamo asustado subiendo su camisa, viendo que, ahí estaban, igual que la primera vez.

Estaba desconcertado, recordaba el miedo que tuvo al no verlas y ahora aparecían, en la bella caligrafía que la caracterizaban.

-No es nada tía Cass, solo un dolor, ¿Y Hiro?

-Ahora mismo esta durmiendo, estuviste todo un día dormido, ardías en fiebre y en ocasiones gritabas, yo...tenía miedo -Su tía empezó a llorar antes de abrazarlo con fuerza, correspondió aquel abrazo con cariño tratando de consolarla -Pensé que algo malo te había pasado, hace poco que te bajo la fiebre.

-No te preocupes tía, no volverá a pasar, vamos a desayunar -Pidió viéndola asentir antes de llevarle a la cocina donde ambos hicieron el desayuno.

Pasaron las semanas y su marca se sentía cálida, estaba todos los días feliz, algo había pasado ese día que le había traído paz a Héctor y eso le gustaba, en ocasiones acariciaba su marca con extrema suavidad sacándole una sonrisa tonta cada vez que lo hacia, como si su contrario estuviera con él.

Le había ayudado a Hiro con los últimos detalles y se hallaban transportando los microbots a la universidad, los proyectos de ese año eran increíbles y lo había dicho en voz alta, gracias a ello asusto a su hermano.

Hiro estaba nervioso y Gogo lo había confirmado.

Le dio su apoyo a su hermano, el ganaría de eso estaba seguro, esa universidad era perfecta para su hermanito, sus amigos le apoyaron y hubo una foto de recuerdo, sin importar el resultado le apoyarían.

La presentación fue asombrosa a pesar de sus imperfectos iniciales y a los jueces se les veía complacidos con los resultados.

Había felicitado con su saludo favorito a Hiro siendo seguido a los pocos minutos por sus amigos y su tía, todo estaba excelente... y entonces apareció el Señor Creigg.

Le había ofrecido dinero a Hiro por sus microbots, le había dado mala espina cuanto el Señor Callaghan había dicho cosas malas del empresario y más cuando Hiro rechazo su oferta y se iba a llevar el microbot de su hermano, lo había pedido, parecía que lo había olvidado, pero aun así se lo dio a Hiro y se fue seguido de su asistente, el Señor Callaghan, con una sonrisa en su rostro, le dio un sobre a Hiro, esperando su presencia para el lunes.

Iban a celebrar por su logro, salieron de la universidad, la tía Cass había dicho que la comida del café seria gratis, pidió un momento a solas con Hiro antes de ser abrazados por la mayor quien les dijo una vez más cuán orgullosa estaba de ellos.

Fueron a un barandal que había en la universidad y se recargo mientras Hiro lo veía sonriente.

-Sé lo que vas a decir -Habia iniciado la conversación Hiro -"Debería estar orgulloso de mí porque finalmente uso mi don para algo importante".

-No, no, iba a decirte que tenías la cremallera baja -Dijo de manera despreocupada ocultando su sonrisa burlona

Hiro lo vio con cara burlona antes de ver que, en efecto la tenia abajo, rio al verlo subir su cremallera y darle un golpe que ni dolía.

-Eres bienvenido a la escuela de nerds, ¡nerds! -Expreso divertido dándole un codazo a su hermano.

-Oye -Llamo Hiro - yo... no estaría aquí sino fuera por ti, sabes... Gracias por no perder la fe en mí -Hiro se veía hablar en serio, aceptó aquél agradecimiento mientras revolvía sus cabellos con suavidad sacándole una risa al menor.

Entonces, se oyeron las alarmas de la universidad junto con gritos de pánico fue corriendo siendo seguido por Hiro, se acerco a una de las profesoras preguntándole si estaba bien pero ella señalo al interior de la universidad, el Sr. Callaghan seguía ahí, iba a entrar cuando Hiro lo tomo del brazo, vio el miedo en sus ojos.

-Tadashi, no -La mirada asustada de su hermano casi le hace desistir pero negó.

-El Sr. Callaghan sigue ahí, no puedo dejarlo, comprende

Corrió al interior de la universidad, el viento tiro su gorra, pero no había tiempo que perder, debía salvar a su profesor.

Entonces, todo se volvió oscuro,

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Editado 25-04-2019

Futago no tamashī (Hectashi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora