Jû (10)

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Era de mañana, su tía Cass había salido, avisándoles que compraría algunas cosas que necesitaba para la cafetería, aquello fue lo único que deseaban oír ambos hermanos antes de sacar su computadora.

El mayor de ambos se rascaba su brazo con nerviosismo, no sabía que ocurriría en ese momento, ¿había probabilidad de que su hermano no quisiera tener a su alma gemela?, o más bien, ¿acaso existía la manera de no amar a alguien que estaba destinado para ti?

El momento había llegado, solo necesitaron uno de los tantos traductores que circulaban por la red para traducir el nombre que venía en el cuello de Hiro.

Miguel Rivera.

Era el nombre de un chico, obviamente, y el grito de sorpresa que salio de los labios del japonés era prueba de que no se esperaba aquello.

-G-genial, es un chico, un chico... un chico, ¡Tadashi es un chico! -Exclamo el menor de ambos, sus manos jalaban sus cabellos en un gesto de desesperación, caminaba de un lado a otro hasta por fin voltearse a ver a su hermano -¿Y si le gustan las chicas?

-Hey, vamos Hiro, si tu alma gemela es un chico y tu también, eso demuestra que a él le gustan los chicos, es simple lógica -Explico acomodándose en su asiento

-Suena fácil para ti, al fin que ya sabes quien es, ¿no?

Su silencio fue lo que le delato y Hiro no necesito usar toda su inteligencia para atar cabos.

-¡Espera!, ¿acaso tú...?

-Nunca tuve la oportunidad ni el tiempo de buscarlo -Interrumpió, no es algo que le gustara decir, veinte años y no sabía quien era su destinado...simplemente patético

-Y, ¿no has pensado en, ya sabes, buscar su nombre ahora mismo? -Pregunto de nuevo su hermano, solo suspiro, aquello no llevaría a nada más que una discusión que ganaría sin esfuerzo alguno su hermano.

-Vamos a revisar Hiro -Aviso mientras se subía la camisa y copiaba aquellas letras en la computadora.

Hiro veía con curiosidad la caligrafía con la que estaba escrita aquel nombre, parecía la típica caligrafía que usaban los antiguos presidentes para firmar o los revolucionarios.

Solo bastaron unos cuantos segundos que, para Tadashi fueron eternos, hasta que la misma computadora soltó el resultado de su destinado.

Hector Rivera.

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Editado 24-04-2019

Futago no tamashī (Hectashi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora