Kyuu (9)

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Tadashi contaba con veinte años, era un gran hermano mayor y el mejor modelo a seguir para su hermanito.

Había ingresado a la escuela de robótica mas prestigiosa en San Fransokyo con una beca, tenia la respuesta a todo lo que le preguntasen o investigaba aquello que le era desconocido, o bueno, hasta esa noche.

Se hallaba estudiando acerca de las modificaciones de Baymax, un proyecto que prontamente terminaría cuando oyó un ruido en el lado de la habitación que correspondía a Hiro, su hermano que recién había terminado la preparatoria.

Como cualquier hermano mayor, dejo sus cosas y se acerco al menor, prendiendo las luces de paso, este se hallaba acostado en su cama, apretando su cuello mientras tenía una mueca de dolor en su rostro.

Se acerco con preocupación al menor, tal vez le había picado algún insecto y debían ir al médico.

—Hiro, ¿Que sucede? —Pregunto con preocupación

—M-me duele el cuello Tadashi —Solto el menor apretándose más fuerte el cuello, haciendo que aquella hipótesis de que le pico algo, fuera mayor.

—Dejame ver Hiro —Pidió

Hiro retiro su mano del cuello, lo que vio no le asustó, pero si llegó a sorprenderle demasiado.

En tinta color negro, empezaron a aparecer sus palabras con una perfecta caligrafía, podía identificar aquellas palabras en el mismo idioma que él.

—Hiro, aparecieron tus palabras —Explicó.

—¿Mis palabras?-pregunto el menor, a lo que él simplemente asintió.

En el rostro del menor, se borró de inmediato aquella mueca de dolor y, ni lento ni perezoso, camino hacia el espejo que tenía en su habitación donde examino cuello incrementando aquella sonrisa.

—¡Las tengo!, ¡Por fin tengo mis palabras! —Decía Hiro emocionado

Pero, dejo de celebrar cuando no entendió en significado de dichas palabras.

—Tadashi, no se que dicen —Dijo, una mueca volvió a aparecer en sus labios, pero ahora era una de disgusto al no tener conocimiento alguno sobre que decía.

—No te asustes Hiro, mañana las investigaremos con tranquilidad —Aseguró levantándose de la cama, camino en dirección al más bajo y revolvió sus cabellos con cariño sacándole una risita a su contrario.

—¿Enserio me ayudarás? —Preguntó de nueva cuenta Hiro con la ceja arqueada, no era la primera vez que le ofrecía su ayuda y terminaba negándose.

—Claro enano, ahora duerme

Tadashi tenia veinte años cuando Hiro obtuvo sus palabras, el pasado volvía a su vida y esta vez buscaría a su alma gemela.
Costará lo que costará

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Editado: 23-04-2019

Futago no tamashī (Hectashi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora