Primero de noviembre
Tadashi había despertado para ver al mayor como todos los días a la puerta de su casa, siendo recibido por el catrin con Baymax en su cuello con aquel gesto amenazante que le caracterizaba.
Se le había hecho normal ver al alebrije con Héctor fuese donde fuese, ya hasta parecía más alebrije del mexicano que propio.
Ambos salieron a caminar por el lugar como todos los días, en esta ocasión iban a ir por algunas cosas a la ferretería.
O eso quería hacer Tadashi hasta que vio el lugar demasiado colorido y alegre, mas que el resto de los días, los esqueletos preparaban cosas por doquier mientras los niños corrían divertidos, se veía como un día en el mundo humano, una sonrisa se formó en sus labios al recordar los festivales en San Fransokyo.
—¿Por qué todos están felices Héctor?
—Hoy es día de muertos chamacos, hoy cruzamos por el puente para ver a nuestras familias — dijo con una sonrisa — pero aquí también harán festividades para los que prefieren quedarse en vez de cruzar el puente.
Entonces su sonrisa se borró, ¿acaso Héctor se iría?, entonces eso significaba que estaría solo mientras el catrín disfrutaba las festividades rodeado de su familia, una mueca de tristeza se formo en su rostro antes de sentir el brazo del mayor rodearlo del cuello.
—Hey chamaco, ¿Por qué tan triste?, ¿Qué acaso se murió doña Carmela, la de los tamales? — pregunto asustado antes de reír — oh, es verdad, estamos muertos
—Héctor— lo llamo haciendo que el otro dejase de reír para prestarle atención — ¿Tú también vas a ir?
Si, era una pregunta tonta, era obvio que el iría y lo dejaría para estar con su familia, él había hecho eso inconscientemente meses atrás sin importarle dejar al mayor solo.
—Bueno, pensaba quedarme aquí, ya sabes, me he acostumbrado a estar aquí que se me hace raro cruzar el puente, además, tengo a un chamaco chillón al cual cuidar — se burlo
Sonrió para darle un golpe en su hombro, lamentablemente no vio cuanta fuerza aplico y se le cayo todo el brazo al esqueleto.
—Perdón, no fue mi intención
—No hay problema chamaco — dijo mientras su brazo se unía a su cuerpo de nuevo — ¿Viste? Otra vez estoy como nuevo
Empezó a reír suavemente, Héctor era especial, siempre buscando la forma de hacer felices a los demás sin importar a que costo, se sentía demasiado agradecido de tener a una pareja destinada así.
El resto del día el catrín se la paso contándole como eran las ofrendas que hacían en el mundo de los vivos, como la computadora que lo había analizado hace meses era usada para identificar que esqueleto tenia su foto en la ofrenda sin importar que no fuese de la familia.
Cuando empezó a oscurecer Héctor le tomo la mano y lo llevo a la entrada y salida de los muertos donde ya se hallaba la familia Rivera reunida, se sintió fuera de lugar hasta que el mayor lo jaloneo para llevarlo con la familia, se hallaba tan ensimismado con lo que le decía la hija del catrín hasta que se oyó un grito, volteo para ver como la matriarca de la familia molía a botazos al mayor.
—¡¿Cómo chingados dices que no cruzaras el puente!?
—Imeldita, querida amiga, no puedo dejar al chinito solo — trato de excusarse el catrín, como consecuencia, recibió otro botazo.
—A mi no me vengas con excusas Héctor Rivera, ¡ni se te ocurra hacerle algo raro al chamaco! —advirtió molesta
—Si, todos échenle las malas leguas a Héctor, por favor Imelda, yo soy un hombre decente incapaz de hacerle algo malo al chinito, mi religión no me lo permite — dramatizó recibiendo otro botazo
—No me vengas con tu "mi riligion ni mi li pirmiti" que tu ni católico eras, pero eso sí, el próximo año vas, por que vas, y voy a mandar a Miguelito que te venga a echar ojo para que no le hagas nada raro al chinito — advirtió antes de darle otro botazo — pa' que recuerdes lo que te va a pasar si no me haces caso
Por fin el catrín se acomodó todos los huesos antes de despedirse con un abrazo de toda la familia, el de igual manera fue jalado al abrazo familiar.
Una vez hecho eso cada familiar del Rivera paso por la cabina y cruzaron el puente de flores dejándolos solos.
—Héctor... ¿Quién es Miguel? — pregunto, tenía la ligera sospecha que era el destinado de su hermano, o eso deseaba, no podían existir tantas casualidades, ¿verdad?
—¿Miguel?, es mi tataranieto y el mejor musico del mundo mundial — dijo orgulloso
Eso no le ayudaba en nada, tal vez era otro Miguel Rivera, después de todo, había cientos de personas que se llamaban igual o se apellidaban igual sin ser forzosamente familia, entonces el catrín le tomo la mano sacándole de sus pensamientos.
—¿Quieres comer un pan de muerte con atole de chocolate?
—¿No dijo la señora Imelda que era champurrado? — pregunto confundido
—Es atole de chocolate, me vale como le diga el resto, para mi es atole de chocolate y punto
Suspiro para empezar a caminar de la mano del catrín, entrelazando sus manos con timidez.
Pidieron dos panes de muerto y dos atoles de chocolate, el menor se divirtió al ver al mayor pelear con la anciana que era "atole de chocolate y no champurrado" caminaron por las calles iluminadas del mundo de los muertos mientras los alebrijes surcaban por el cielo, entre ellos estaba Baymax que había escapado desde hace horas para ir con sus amigos, se sentaron en una banca mientras veían a los esqueletos andar por el lugar con la alegría característica del lugar.
—Todo es tan hermoso, Héctor — murmuro acurrucado en su hombro mientras terminaba aquel champurrado.
—No tanto como algo que mis ojitos pispiretos pueden ver
Levanto su vista, ambos se vieron a los ojos y se acercaron lentamente, estaban a escasos centímetros de unir sus labios, ya había cerrado sus ojos, buscando aquél contacto que no llegó gracias a que una voz se oyó de fondo rompiendo el momento.
—¡Papa Héctor!
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Ya volvio por quien lloraban ...okno
bueno, ya han de saber quien es el de la voz y sino pues...hasta el proximo capitulo
las amo mis criaturitas, chau
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Editado 03-05-2019
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Futago no tamashī (Hectashi)
FanficEn un mundo donde el nombre de tu alma gemela se vuelve parte de tu cuerpo, las personas esperan el momento a que su marca aparezca. Tadashi solo era un niño, un niño que no sabía lo que sucedía cuando la marca apareció en su piel. ¿Quien dijo que e...