ni-ju ichi (21)

1.2K 207 93
                                    

Había acabado el O-bon matsuri con una gran fiesta que daría de que contar a aquellos que cruzaron el portal hacia el mundo de los vivos.

Aunque no todos tendrían aquel hermoso recuedo, Tadashi se hallaba hecho bolita con sus cobijas tapando su cuerpo por completo, el Hamada no tenía planeado salir en ese momento, estaba triste, lastimado, decepcionado...devastado.

Las lágrimas habían dejado de salir después de horas de continuó llanto en su habitación.

Héctor había estado tocando la puerta de su habitación desde que se encerró en su cuarto.

Dos días en los que el catrín no dejo de tocar la puerta, hasta hace unas horas que había dejado de tocar dejándolo en compañía de la soledad.

Tal vez se había cansado y había preferido irse a tocar a la plaza.

Negó con rapidez borrando aquel pensamiento de su cabeza, no, así no era Héctor, probablemente estuviese esperando que saliera.

Pero no saldría, no tenía sentido alguno salir.

Se sentó en la cama mientras veía su cuarto desordenado, ¿Tan mal había estado que había dejado todo tirado por doquier?

Se levanto para empezar a acomodar las cosas que había en su cuarto, podría estar triste pero no por ello dejaría todo cual cochinero.

Paso el tiempo con rapidez,  aproximadamente dos horas, y ya había acabado, levanto un florero que se hallaba roto y se deprimió más.

Ese florero se lo había regalado el mayor al ver que le gustaban tanto las flores aunque no tuviera posibilidad de tener un jardín.

Abrió la puerta de su cuarto vigilando que no se hallase el mayor para salir por un recogedor una escoba, bajo las escaleras sin ver al catrín ni a Baymax por el lugar, ¿Dónde estaban?, ¿Acaso lo habían dejado solo?

Tomo ambos utensilios para volver a subir a su cuarto antes de oír la puerta abrirse y ver a Héctor con un ramo de sakuras y Baymax en su cabeza.

—Tadashi, por fin saliste— dijo para darle el ramo— tal vez son muy pocas, pero, fueron lo único que pude conseguir por aquí que te recordase a tu hogar

Tadashi tomo aquel ramo con cuidado antes de sonreír.

Se fijo en el mayor para ver que tenia varias espinas en su cabello azabache y sus ropas, de por si rasgadas, se hallaban un poco más destrozadas.

Vio con duda a su destinado buscando respuesta a algunas dudas que surgieron en él, ¿Cómo las había conseguido?, ­ ¿Había ido a quien sabe dónde a traerle esas flores?

—¿Por qué Héctor? — pregunto con tristeza— ¿Por qué luego de que te deje tocando por dos días vuelves con este ramo?

El catrín se rasco la nuca nervioso. —No te quería ver triste chamaco, me da cosa verte chillar, siento mi corazón chiquito, chiquito cuando te oigo chillar— dijo —pareceré un puto cursi, pero, me gusta verte sonriendo.

El menor abrazo al catrín con suavidad, tratando de medir su fuerza, ya una vez lo había abrazado muy fuerte y este se hizo pedacitos.

Aquel gesto fue correspondido al instante por el mayor.

Para el Hamada, no había razón de pedir algo más si Héctor estaba con él.

Pero Héctor estaba preocupado, si seguían sin llevar su farol Tadashi desaparecería, debía tomar medidas drásticas.

Y en su mente, pudo notar que Miguel estaba incluido en ellas.

--------

volvi para quedarme

-se va antes de que le peguen-

-------

Editado 03-05-2019

Futago no tamashī (Hectashi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora