Tadashi estaba celoso, demasiado celoso.
Héctor se había encariñado demasiado con el alebrije, razón por la cual venía diariamente a su casa a verlo, algo que le alegraría sino fuese por un pequeño, diminuto problema.
Su alebrije era quien captaba casi toda la atención del Rivera desde que había llegado y ahora parecía un simple adorno cuando Hector llegaba a su morada.
Ese día Héctor lo había invitado a comer un raspado y él gustoso acepto, esa era su oportunidad de acaparar un día completo al mayor, solo ellos dos solos y nadie más.
Claro, hasta que Baymax se auto invitó y fue con ellos. Él solo veía molesto como Héctor cargaba a aquél alebrije de vistosos colores mientras una de sus manos paseaba por su lomo suavemente y una sonrisa adornaba su rostro esquelético.
Esas sonrisas que eran solo para él, ahora ese gato se las llevaba como si fueran suyas y si, estaba muy celoso.
Se cruzo de brazos mientras se sentaba en una banca viendo a su destinado y su alebrije conviviendo y riendo a lado suyo, ignorantes de su presencia.
Se había terminado su raspado, se levantó a tirar su basura y regreso a la banca, notando que el mayor y su alebrije no se hallaban, estaba solo en aquél lugar, ¿Dónde estaban?
Bajo la mirada suponiendo que aquél par ni había notado su ausencia hasta que sintió como picaban su espalda y volteo, abrió su boca sorprendido mientras veía fijamente a quien estaba enfrente suyo, esto no se lo habia esperado en lo absoluto.
Héctor traía un gran ramo de rosas con Baymax acomodado en su sombrero de paja.
—Un ramo para un bello joven —Dijo el catrín con una gran sonrisa que hizo latir más rápido su corazón, solo pudo corresponder con timidez aquella dulce sonrisa mientras tomaba el ramo con cuidado, era hermoso.
El mayor le mostró su brazo y él lo tomo contento levantándose de su asiento para seguir al mayor a paso lento, disfrutando el día como si no hubiera mañana. Caminaron con tranquilidad a su casa mientras se apreciaba el alba
Al llegar abrió la puerta y volteo a despedirse del mayor y, por segunda vez en el día, Hector termino sorprendiéndole.
El mayor había rozado sus labios con él mientras que él apretaba el ramo, quedándose quieto y disfrutando aquél contacto entre ambos.
Héctor se separó y le dio una sonrisa tímida que correspondió mientras el felino se bajaba del sombrero de su destinado y se adentraba a la casa.
—Buenas noches, chamaco
—Buenas noches Héctor —Respondió con aquella timidez que le caracterizaba cuando el mayor tomaba aquellos detalles con él
El mayor se fue a su casa mientras él lo veía irse con el ramo en brazos y el corazón desbocado, Baymax lo jalo de la chaqueta para entrar de una vez por todas.
Dirigió la mirada una ultima vez a la casa del mayor antes de entrar a su propia casa, cerró la puerta y se recargó en esta mientras abrazaba el ramo y, si pudiera sonrojarse, ahorita mismo lo estaría.
Lo había besado, Héctor lo había besado y le había encantado.
Ahora solo se preguntaba, que sucedería ahora
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Editado 02-05-2019
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Futago no tamashī (Hectashi)
FanficEn un mundo donde el nombre de tu alma gemela se vuelve parte de tu cuerpo, las personas esperan el momento a que su marca aparezca. Tadashi solo era un niño, un niño que no sabía lo que sucedía cuando la marca apareció en su piel. ¿Quien dijo que e...