Ni jû hachi (28)

1.2K 175 123
                                    

Dedicado a: CallMeTemoLopez

Tierra de los muertos

Ya era el Bon Odori, Tadashi estaba durmiendo tranquilamente con Héctor abrazándolo, desde hace un par de semanas habían tomado la gran decisión de vivir juntos.

Su relación era muy buena, si, tenían peleas y demás pero sabían como resolverlos para que esto no los distanciará, al fin que ambos eran igual de tercos como para dejar morir esa relación.

Iban de vez en cuando a la casa Rivera a visitar a la familia de Héctor la cual estaba mas que encantada con el nuevo miembro de la familia. Aunque Imelda seguía golpeando a Héctor con la bota cuando lo veía pasarse de listo con el menor, por que para Imelda Rivera el besar a otra persona sin su permiso era pasarse de listo, algo que hacía constantemente el moreno y, aunque le diera pena, Tadashi había recibido también un par de botazos por besar al mexicano cuando este ayudaba a hacer la comida.

Cuando ambos se despertaron se saludaron con un pequeño beso antes de levantarse y bajar a desayunar. Baymax tres se hallaba descansando en una esquina con el Baymax alebrije en sus brazos, a ambos les dio ternura por lo que Tadashi les puso una cobija encima antes de desayunar cereal con leche.

—Y, ¿que vamos a hacer hoy papá malvavisco?

—No lo se Héctor... y ya deja de decirme papá malvavisco —Se quejo, ya había pasado casi un año y el mexicano seguía con el mismo apodo

—Como digas papá malvavisco, ¿quieres ir conmigo a la plaza a tocar la guitarra o prefieres quedarte?

El menor se quedo pensando, no tenia ganas de salir ese día, llevaba desde el día de muertos sintiéndose mal pero se quedaba callado para no preocupar al mayor.

—Creo que me quedare a hacer otro Baymax, ya sabes, nunca se sabe cuantos vas a necesitar

El mayor sonrió con suavidad para lavar su plato —De acuerdo, entonces volveré después, cualquier cosa ya sabes donde estoy, papá malvavisco

Tadashi le enseño su lengua, por muy infantil que pareciera mientras terminaba su desayuno y lavaba su plato

—No te preocupes, puedo cuidarme solo, no como alguien que debe cuidarlo su tataranieto

—¡Que no necesito ser cuidado por Miguel! Solo que Imelda exagera a veces —Se excusó

El menor empezó a reír siendo seguido por el mayor, parecían un par de adolescentes. Después de ello, Héctor tomo su guitarra y se fue de la casa sin antes darle un beso al menor.

Tadashi cerro la puerta para subir las escaleras y sacar sus materiales de su pequeño laboratorio que en realidad era un cuarto que había modificado para hacerlo parecer al que tenía cuando estaba vivo.

Empezó a trabajar mientras oía música en la radio vieja que le dio el mayor con tanto cariño en su cumpleaños.

Se oía la canción de Recuerdame, esa dulce canción que había compuesto Héctor para su pequeña hija Socorro y que reproducían cada inició de semana a las diez de la mañana.

Estaba empezando a hacer el endoesqueleto del pequeño robot cuando empezó a brillar de color anaranjado haciendo que las piezas se le cayeran al suelo.

Vio sus manos esqueléticas con temor, jamas le había ocurrido esto, ¿qué sucedía?

Decidió salir de su laboratorio e ir a su cuarto a acostarse para calmar el dolor, cual fue su sorpresa cuando se acostó y empezó a brillar de nuevo sintiendo un horrible dolor que lo hizo gritar, esto era casi igual al que había sentido cuando su marca desapareció y volvió a aparecer.

Futago no tamashī (Hectashi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora