Heridas

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La alarma sonó indicando el comienzo del juego.
Cada una estaba concentrada, al terminar ambas vieron los resultados, Sana era la ganadora, por muy poca diferencia.

- Me dijiste que nunca habías jugado esto.
- No, dije que nunca había jugado aquí, mi papá es aficionado a la cacería, me enseñó como disparar.
- Tendrás tu cena. Dije con un puchero mientras salíamos.
- Responderé tres preguntas. Dijo Sana mientras se ponía frente a mi.
- Esta bien. Dije con una sonrisa. - ¿En qué trabajas?.
- En la empresa de mi padre, es dueño de grandes hoteles, estoy a cargo de las conexiones con otras empresas en Corea.
- ¿En Corea?.
- La empresa está en Taiwán.
- Entonces... por negocios juegas golf con Nayeon.
- Sí, aunque no sólo con la heredera de los Im.
- ¿Con quién más?.
- ¿Eso importa?.
- No, ¿Cuánto dinero ganas?.
- Mmm... No gano nada.
- ¿De dónde-.
- No recibo paga por lo que hago pero tengo la herencia.
- ¿Vives sola?.
- ¿Quieres venir a mi casa?.
- Sólo pregunto.
- Sí, vivo sola, mi padre está en Taiwán, listo, ya están las tres preguntas.
- Aún tengo dos más.
- No las responderé.
- Sana~.
- Esta bien, ésta bien.
- ¿Por qué las millonarias se llaman por su apellido?.
- En la mayoría de los casos el nombre de la empresa es el apellido del presidente, nos aprendemos el apellido e identificamos más rápido a la empresa.
- ¿Aún si son cercanas?.
- No lo se, nunca he sido cercana a otra heredera.
- ¿Por qué?.
- Esto cuenta como pregunta.
- No.
- Sí.
- Cambiaré de pregunta, ¿Qué pasa si el presidente tiene dos herederas.
- No puede haber dos herederas, sólo una puede estar al cargo de la empresa.
- ¿Pelean por el puesto?.
- Algo así, cada una hace sus méritos y al final todos los accionistas deciden.
- Debe ser duro.
- Sí, ¿Qué cenaremos?.
- ¿Qué?.
- Gané, debes invitar la cena.
- ¿Hoy?.
- Sí.
- Hoy no puedo.
- ¿Por qué?.
- Tengo mucho que arreglar.
- Sólo será una cena. Sana estaba usando Aegyo.
- Esta bien.

En todo el camino de regreso Sana estaba sonriendo.
- ¿Tan feliz te hace que te invite a una cena?.
- Sí. Dijo con su sonrisa.

Narra Chaeyoung :

Terminé en un pequeño parque, estaba desolado.
- Ash... . Dije revolviendo mi cabello.

¿Qué debería hacer?, confío en Tzuyu, ella no pudo ocultarme algo así, pero... no creo que Jeongyeon mienta.

- Ash... . Dije para mecer más fuerte el columpio.
- Ese es una juego para niños. Dijo una niña pequeña que observaba a Chaeyoung.
- ¡Soy una niña!. Gritó Chaeyoung frustrada por todo lo que pasaba.
La pequeña niña no tardó en llorar.
Chaeyoung se detuvo y se acercó a la pequeña niña.
- Lo siento, no debí gritarte. Dijo la mayor disculpándose.
Poco a poco la pequeña niña se calmó.

- ¿Por qué estás en los juegos?.
- Sólo... No importa. Dijo Chae con una sonrisa.
- Deberías estar estudiando.
- Tienes razón. Dijo Chae para alborotar el cabello de la menor.

Chae se sentía mejor, cogió su maleta y fue a la parada del autobús.

Narra Tzuyu :

- ¿Qué quieres decirme?. Al parecer Nayeon no estaba de buen ánimo.
- Debes mantener en secreto lo de mi prometida.
- Si no soy yo tarde o temprano alguien se lo dirá.
- Sí, pero hasta que eso pase pensaré que decirle.
- ¿Sólo era esto?.
- Sí.
- Bien, ahora me toca a mi. Me tomó por sorpresa sus palabras.
- Aún no me has dicho de quien eres hija.
- ¿Eso importa?.
- No es que me interese, es sólo que estoy pensando hacer un nuevo negocio y necesito apoyo.
- ¿Papi ya no te apoya?.
- Sólo te estoy dando la oportunidad de ganar más.
- No soy ambiciosa, me basta con lo que tengo.
- Deberías tener otros proyectos si piensas casarte con la ena- con Chaeyoung.
- No haremos algo muy grande.
- Como quieras. Dijo para irse.

Llamé al teléfono de Chae, todas iban al buzón de voz.
- Vamos Chae contesta.
- Su llama sera enviada-.

Debe haberse quedado sin batería, ya debe estar en casa.

Al llegar al departamento vi la puerta entreabierta.
- ¡Chaeyoung!. Dije entrando.
- Hola Tzuyu. Dijo Jeongyeon con una sonrisa.
- ¿Qué haces aquí?.
- ¿No puedo visitar a mi prometida?.
- Déjate de juegos.
- Sabes muy bien que no es un juego.
- Jeongyeon ya te lo he dicho, no me casaré contigo.
- Díselo a nuestros padres.
- Ya se lo dije a los míos.
- Y te desheredaron.
- Eso no me importa, amo a Chaeyoung, sólo la necesito a ella.
- ¿Y a mi no?. Dijo para acercarse.
- Nunca me intere-. Jeongyeon me besó, traté de separarme pero al ser menor no tenía la fuerza suficiente.
Terminé mordiendo su labio para que me soltara.
- ¿Estás loca?.
- Acabas de ser descubierta. Dijo señalando la puerta, Chaeyoung está ahí, lágrimas rodaban por su rostro.
- ¡Chaeyoung!. Grité al ver que salía corriendo.
- Déjala. Me dijo Jeongyeon sujetando mi mano.
Regresé mi mirada a ella y le di una bofetada.
- Nunca vuelvas a besarme. Dije para correr tras Chaeyoung.

Alcance a Chaeyoung en la entrada del edificio.
- Espera. Dije sujetando su mano.
- Así que todo es verdad. Me estaba dando la espalda.
- Chaeyoung... Te amo-. Antes de que pudiera seguir Chaeyoung me dio una bofetada.
- ¡¿Cómo puedes decir que me amas y besarte con otra?!. Esta vez me estaba mirando, sentía como su mirada me penetraba a pesar de sus lágrimas.
Verla así me destrozada, me sentía muy mal, había herido a Chaeyoung, realmente la había herido, lentamente la solté y deje que se fuera.

Con dificultad saqué mi teléfono y llamé a Sana, después de varios tonos contestó.

- Estoy ocupada... ¿Estás llorando?.
- Lo arruine. Apenas podía hablar.
- ¿De qué hablas?.
- Jeongyeon volvió, me besó y Chae nos vio... Sana... estoy perdiendo al amor de mi vida.
- No creo que sea para tanto, Tzuyu-.
- ¡¿Por qué nadie lo entiende?!, Chaeyoung es la persona a la que más amo en el mundo, por la que renuncie a la herencia, por la que haría cualquier cosa... Quería que fuera mi esposa.
- Calmate Tzuyu estas exagerando-. Colgué, no debí llamar a Sana.

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Att: ChaeyoungBiased.

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