Capitulo 1

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Zac

Estaba sentando en las escaleras, fuera del salón de música de la ciudad. La fresca y lluviosa primavera estaba llegando a su fin, dando paso a las primeras olas de calor del verano.
Hacia algo de calor hoy, lo suficiente como para traer una playera simple de algodón con jeans. Los helados estaban comenzando a derretirse.

—Ah, ya pasaron diez minutos de su hora de salida—me quejé revisando mi celular y llenándolo de caramelo líquido que escurría por mi mano.
—¡Ya salí!—lo escuché agitado abriendo la pesada puerta de madera del salón y dirigiéndose apresuradamente hacia mi—Hola, Zac.

Caminamos hacia un pequeño parque que nos encantaba a ambos mientras comíamos el helado que estaba derretido.
—¿Y cómo te fue hoy?—le pregunté a Dennis que se estaba arremangando la sudadera mientras nos sentábamos en una mesa de madera del parque. Dejé con cuidado su estuche de violín sobre la mesa.
—Muy bien. Ya estamos viendo canciones más avanzadas. ¿Tú cómo vas con el futbol?
—El sábado tenemos partido. ¿Irás a verme verdad?—Dennis rodó los ojos.
—¿Alguna vez he faltado a un partido tuyo?—sonreí.

Había pasado dos años desde que le confesé lo que sentía a Dennis. Me rechazó enseguida pero a los dos meses mis sentimientos fueron correspondidos.
A pesar de que ambos nos gustábamos, no éramos pareja. No queríamos estar comprometidos a algo y queríamos evitarnos los rollos amorosos como los celos y las infidelidades. Eso decíamos pero no conocía a otra persona que fuera igual de celosa que Dennis y estoy seguro que él pensaba lo mismo de mi.
Tenía que admitirlo, estábamos en una relación sin haberla formado oficialmente.

—¿Qué más tienes hoy además de violín?—dije limpiándome con una servilleta helado de la comisura de los labios.
—Hoy solo es violín. En un rato más iré a visitar a mi abuela.
—Ah, qué pena que no pueda ir. Dile que le mando saludos. Ahorita me toca entrenamiento de fút y después iré un rato a natación.

Dennis y yo aún seguíamos en escuelas diferentes y nuestras semanas estaban muy apretadas.
Nos podíamos ver solo tres o dos días a la semana. A veces yo iba a verlo cuando el salía de sus clases de violín, otras veces él me esperaba afuera de mi casa para ir a mis prácticas de futbol mientras que él iba a su trabajo de medio tiempo en la biblioteca pública.

El Dennis pre-adolescente se había esfumado después de corresponder a mis sentimientos.
Dennis ahora es más abierto, sensible y fácil de entender. Unos años atrás parecía que siempre estaba triste. Hacerlo reír es muy fácil y es una persona muy alegre, además de que tiene un rostro muy expresivo con unos ojos café oscuro muy grandes y brillantes y sus características mejillas que siempre estaban sonrosadas del calor que le provocaba la sudadera a pesar de su pálida piel.

—Recuerda que el sábado tengo partido, a las nueve de la mañana—nos paramos de la mesa y le entregué el estuche de violín.
—Si lo sé, estaré ahí.
Nos quedamos un momento mirándonos. Fue incómodamente gracioso, ninguno de los dos se quería ir.
—Te ves lindo—dije pellizcándole una mejilla. Dennis se sorprendió y sonrojó al instante.
—A-Ah...será mejor que me vaya. Aún falta pasar por mi bicicleta para ir a casa de mi abuela. Le diré que te vi hoy.
—Esta bien, salúdamela.
—Que te vaya bien hoy, Zac.
Nos dimos la vuelta cada quien por su lado y durante todo el camino hacia las canchas no pude borrar mi estupida sonrisa.

Dennis

Fui caminando lentamente de regreso a los edificios donde vivía. La sonrisa se me había esfumado minutos después de despedirme de Zac.
Nunca quería dejarlo, nunca quería dejarlo de ver y de hablar con él. Siempre que lo hago me regresa a la horrible realidad. Pareciera que cuando estoy con él todo es un sueño y que en el momento en que nos despedimos, el sueño se esfuma y me escupe en mi vida.

Depressed (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora