Capitulo 20

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Capítulo 18

Pero Dennis se sentía tan cansado con tanta nueva información para procesar, que no le regresó la llamada a Zac.

Cuando despertó al día siguiente, no dejó la cama en todo el día; no se duchó y no comió teniendo solo las fuerzas para dormir y levantarse e ir al baño.

Al rededor de las seis de la tarde, el aburrimiento lo consumía pero no contaba con la energía para hacer algo. Dennis tomó los audífonos y el mp3 de Zac para así tener su mente ocupada. Dirigió su mano a la muñeca para juguetear con la pulsera que le había dado Zac pero este se congeló al sentir la muñeca desnuda.
Un flashback apareció frente a sus ojos: olvidó la pulsera en la orilla del río donde leyó la carta.

Ese pequeño accidente hundió su estado de ánimo aún mas, que en vez de levantarse y tomar su bicicleta para ir a buscarla, arrojó el reproductor con audífonos al otro lado de la cama en una rabieta echándose a llorar de nuevo.

Presente

Ambos regresaron a casa de Zac luego de haber terminado con su llanto.

Dennis saludó a los papás de Zac y estos notaron las mejillas rosas y ojos hinchados en ambos chicos pero decidieron no comentar nada. En la cena todos permanecieron callados, los padres de Zac evitando el tema de la abuela de Dennis.

—Es una lastima que tus padres no hayan podido acompañarnos a cenar, Dennis—habló la mamá de Zac pasados unos minutos de incómodo silencio.

Dennis estaba a punto de preguntarse a que se estaba refiriendo cuando Zac lo interrumpió.

—Mamá, ya te lo dije. Sus padres no están en condiciones. ¿Podrías dejarlos pasar por esto en tranquilidad?

—Si, tienes razón hijo. Lo siento mucho Dennis—la madre regresó a su plato de espinacas y Dennis le lanzó una mirada a Zac buscando alguna explicación. Zac le contestó con otra mirada que se lo explicaría más tarde.

Terminada la cena, los chicos agradecieron por la comida y subieron a la habitación de Zac. Ambos estaban en silencio; se sentía una pequeña tensión dentro de la habitación pero ninguno sabía por qué.

—Te traje esto—Zac rompió el silencio tomando de su cómoda el libro que había elegido para Dennis.

Los ojos de Dennis se iluminaron al ver el libro y como si se tratara de un caro jarrón de cristal, lo tomó con ambas manos apreciando el arte de la portada blanda y hojeando con cuidado el interior.

—De verdad espero que te guste el libro. Estuve por horas tratando de decidir cual te gustaría más.

—Zac, ¡muchas gracias!—una sonrisa iluminó su rostro y sus oscuros ojos brillaron como nunca antes. Zac contuvo la respiración sin darse cuenta. Dennis era muy lindo.
Sus mejillas ardieron murmurando un 'no es nada' y ocultando su sonrojo poniéndole atención de vuelta a la cómoda donde estaban las gomitas de vitamina.
Aún seguía creyendo que era un regalo muy estúpido pero era por el bien de Dennis.
Hacia tanto que no veía a Dennis así de feliz, aunque fueran solo unos segundos. 

—También traje esto...—dijo algo avergonzado tomando el envase de plástico con animales de gomita animados.

—¿Dulces? ¡Gracias!—exclamó Dennis con la misma emoción de hace unos segundos, dejando el libro con sumo cuidado en la cama y tomando con ambas manos el envase.

Depressed (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora