Capitulo 12

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Zac

Trataba de ocultar la emoción y la sonrisa. Me sentía tan aliviado de que por fin Dennis accediera a llevarme a su casa después de tantos años evitándolo.

Después de todo lo que he sido testigo y averiguado acerca de él puedo entender un poco mejor por qué es tan reservado, incluyendo el tema respecto a su casa.
Tenía que guardar mi propia felicidad por un momento y enfocarme solo en él y en lo que está sintiendo y pasando.

El sol aún daba luz e iluminaba la ciudad; iba detrás de Dennis con mi bicicleta por un lado. Él mostraba no tener la intención de hablarme hasta que llegáramos a su casa. Sus manos en los bolsillos de la sudadera negra de cierre, su cabeza mirando a todos lados menos el camino y su andar lento y tranquilo.

¿Como será su casa? Personas dicen que el lugar en donde vives habla mucho de quien eres. ¿Su casa me dará alguna pista más de saber quién es en verdad?

—Es aquí. Puedes dejar tu bicicleta dentro de la bodega.

No habíamos caminado mucho desde la tienda, solo unas cuantas cuadras. Era un edificio de departamentos beige. Se veía pequeño y urbano.
Subimos las escaleras de cemento y piedrilla hasta el tercer piso, en la puerta número 21.

Una pequeña sala fue lo primero que vi al abrirse la puerta. Solo había dos sillones, uno individual y otro donde apenas cabían aproximadamente dos personas, una pequeña mesa en el centro y una televisión. Pasando la sala había una puerta y al fondo estaba la cocina. Del otro lado del pasillo habían dos puertas más.

—Llegué—anunció Dennis caminado por dicho pasillo y dirigiéndose a la cocina donde dejó el jugo sobre la mesa.

—No hay nada para la cena—la voz de una mujer sonaba de la primera puerta. Supuse que era su madre.

—Un amigo viene conmigo—respondió Dennis pero la mujer no dijo nada de vuelta.

De regreso al pasillo, Dennis abrió la puerta que estaba pasando la sala y entramos.

—Mi habitación. Perdona el desorden, no he encontrado el tiempo ni las ganas de hacer algo al respecto.

Entré lentamente y vaya.
Yo consideraba mi cuarto como una habitación constantemente desordenada pero esto...

Para empezar, la cama estaba deshecha; las sábanas totalmente revueltas y manchadas de lo que parecía catsup y otros restos de comida, los cojines estaban en el suelo junto con pilas y pilas de ropa que no estaba seguro si se encontraba limpia o sucia.
Las cómodas que estaban a los lados de la cama se hallaban llenas de vasos con cereales sin terminar, platos de comida sin acabar, servilletas hechas bola y basura de frituras algunas con restos sin acabar.

En la cómoda principal, que estaba frente a la cama y era la más grande, había más ropa, papeles, más basura y estaba seguro que más de doce botellas de agua vacías. Sin mencionar que había libros regados por toda la habitación al igual que cajas de DVDs abiertos junto con discos que estaban esparcidos por doquier. La televisión mostraba una escena pausada de una de las películas de Harry Potter.
Encima, el cuarto estaba totalmente oscuro y no había ninguna ventilación y el olor no era tan agradable.

—Wow, Dennis. No quiero hacértelo saber pero tu cuarto está algo...hecho mierda.

—Igual que mi vida—respondió para sí, pero logré escucharlo.

De nuevo, me tenía que tragar mis ganas de hacerle miles de preguntas y solo enfocarme en lo que le haría bien a él.

—Créeme qué hay muchas cosas que quiero decir pero esto no está bien—aclaré tomando una pequeña bolsa de plástico que se encontraba en el suelo y metiendo las botellas de agua vacías.

—¿Qué haces?

—Poniendo un poco de orden aquí. Necesitas respirar aire fresco en esta habitación. Me sorprende que no te hayas muerto por asfixia mientras duermes. ¿De verdad duermes así?

—Oye, Zac ¿Acaso viniste solo a sermonearme de como es tener una habitación ordenada? Para eso tengo a mi mamá, muchas gracias. Si solo vienes a decirme que hacer puedes tomar por hecho que entendí que mi habitación es un asco e irte. Tu eres el que tanto ha ansiado por venir a mi casa, trágatelo si no te agrada.

—Tranquilízate, Dennis. Solo estoy aquí porque quiero ayudarte. Que quedé claro que se que estás lidiando con mierda y otras cosas que no me has dicho. No se como es tu vida pero hay algo que ya no te esta permitiendo ser feliz y quiero ayudarte y creo que la mejor forma con la que puedo comenzar es por tu habitación.

Dennis me miró molesto por unos segundos pero su expresión cambió a una dolida. ¿Será que le he atinado en el clavo? Se acercó a mí con la cabeza baja, tomó más basura de su cómoda y comenzó a tirarla dentro de la bolsa.

—Creo que necesitaremos una bolsa de basura más grande...y sábanas limpias—contestó.

Sonreí y rodeé su cuello en un abrazo, aprovechando la posición y besando su mejilla.

Dennis abrió la ventana, dejando que los últimos rayos de sol iluminaran la habitación. El resto de la tarde nos la pasamos sacando basura y cambiando las sábanas de su cama. El ambiente por fin era diferente y se veía como una habitación de un chico común y corriente, no como la habitación de un vago de cincuenta.

—Aún tenemos que hacer algo con las toneladas de ropa sucia—dije observando el montón que llegaba hasta las rodillas.

—¿Te parece mañana? Creo que hemos hecho mucho hoy.

Lo dejé pasar, lo dejé pasar solo por el hecho que Dennis estaba sonriendo de nuevo con una bolsa negra de basura entre sus brazos.

—Mañana me parece una buena idea—sonreí de vuelta—No quiero sonar como una madre, pero al ver tu basura, mi instinto me dice que no te estás alimentando bien. ¿Está bien si puedo ver tu cocina y prepararte algo?

Dennis se encogió de hombros pero la pequeña sonrisa no se le borró del rostro.

Fuimos a la cocina y después de buscar entre bolsas de comida empaquetada y pasta instantánea, lo único saludable que pude encontrar fue el plato de vidrio lleno de fruta que estaba en el centro de la mesa de cuatro sillas.

—¿Puedo?—señalé el plato lleno de manzanas, plátanos y media sandía. Dennis asintió.

Y después de cortar y partir, un saludable coctel de frutas estaba frente a Dennis.

—Gracias por todo, Zac. Y perdón por estar comportándome como un imbécil. Se que te debo muchas explicaciones pero por favor entiende que aún no se como decírtelo. Te prometo que te lo explicaré, solo que estoy muy cansado por ahora.

—Hey, hey, está bien. No tienes por qué disculparte; sé que días atrás hablamos de pasar las vacaciones en el pueblo donde vive tu abuela pero estas vacaciones solo me dedicaré a cuidarte. No hace falta que me cuentes si no estás preparado pero por favor, no vuelvas a desaparecer así.

—Lo siento, no lo haré.

—¿Está bien si mañana regreso? Aun tenemos ropa que lavar.

Dennis rió y me contagie de su sonrisa. Ambos nos miramos por un momento, solo nuestra mirada conectada. Quería demasiado a este chico, es más, lo amaba. Haría lo que fuera por protegerlo y hacerlo feliz.

Él sentando y yo recargado en la silla, nuestros rostros a centímetros y nuestros ojos dando miradas a nuestros labios.

—Zac...—susurró y su aliento chocó en mi boca, pero no fuimos más allá. Dennis sonrió y se separó—Te espero mañana.

Y lo único que conseguí esa noche fue un beso en la mejilla y su sonrisa.
Y eso fue más que suficiente.

Piper 🌙

Depressed (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora