¿D-De Qué Hablas?

704 32 16
                                    

Narra Yato:

Me levanté de la cama y comencé a vestirme en cuanto los rayos del sol alumbraron la habitación de ______ y lograron despertarnos. Solo le daba la espalda mientras me ponía cada prenda, si volteaba a verla, posiblemente yo tuviera un derrame nasal.

-¿Así que te vas?- indagó ______ con una dulce voz, mientras se cubría con las sabanas blancas, sentadita viendo como me vestía.

-Si, no puedo dejar a Hiyori y a Yukine solos.- respondí acomodando mi sudadera y de manera seria.

Narra _______:

No se cuanto tiempo estuvimos haciéndolo, pero ahora está actuando de una manera súper, pero condenadamente sexy. Después de tener relaciones con él y me trate de esta forma lo hacia ver increíblemente apuesto.

-¿Así que solo llegaste por sexo y ya?- reclamé molesta. Y no se por qué lo hice. Lo disfruté y todo, pero el simple hecho de que haya llegado solo a eso e irse no se me hacia educado de su parte.

-¿Acaso estas molesta?- indagó mirándome sobre su hombro con una media sonrisa.

-No, simplemente que...- intenté defenderme con mi modo infantil, pero el ojiazul me tomó con ambas manos el rostro y me besó.

Sentí como me sonrojé, pero no pude evitar seguirle la corriente. Solté la sabana que era el único objeto que me cubría, con el tal de acariciar su cabello y cuello. Comenzamos a explorar nuestras bocas nuevamente, y solo nos acariciábamos. Cuando se nos acabó el aire, él decidió parar. Bajé un poco mi rostro, mi cara ardía. Él con un pulgar acariciaba mis mejillas. Nuestra respiración estaba agitada. Yato juntó su frente con la mía y tragó saliva mientras jadeaba suavemente.

-Te ves tan linda cuando te enojas.- dijo con una sonrisa.

-Eres terrible ¿sabias?- dije con sarcasmo.

-Y tu eres irresistible.- dijo antes de besar mi frente. Al terminar con la acción, se escuchó que alguien entró a la casa.

-¡______!¡Ya llegué!- informó Aisuke.

-¡Tienes que irte rápido!- susurré alarmada enrollando la toalla que había dejado en la silla en mi cuerpo, y empezando a empujar al de cabellos oscuros hasta la ventana.

-Esta bien, esta bien.- dijo mientras se encaminaba a la ventana. Yato abrió la ventana y se subió al marco, pero cuando estaba dispuesto a saltar, lo tomé de una mano deteniéndolo, y él volteó a verme curioso.

-Yato...- dije con el rostro ardiendo. -Cuando no tengas a donde ir por la noche.... Puedes quedarte conmigo.- al decir esto, Yato me sonrió. Tomó con su otra mano mi quijada y levantó mi rostro para que nuestros ojos se encontraran.

-Gracias _________.- dijo el de cabellos oscuros antes de besarme. Nunca me había imaginado que en dos noches de conocer a un chico, ya me acosté con él. Y menos, que yo sintiera algo por él. Y no sé cómo rayos pasó, pero apenas lo conozco y sé que me encanta. Lo sé, lo sé, es muy pronto, pero mi corazón aclama su nombre a gritos. Nos separamos con el tal de ver nuestro rostro después de tal acción, y Yato me sonrió entre el rubor que invadía su rostro. -Nos vemos.- dijo antes de saltar por la ventana.

-Hasta pronto.- dije asomándome en la ventana para ver el camino que emprendía mi chico favorito. En eso escuché pasos hacia mi cuarto. Salí corriendo y me escondí entre mis sábanas.

-¿Estas despierta?- indagó mi shinki asomando su rostro al abrir la puerta. Finjí estar dormida, pero... Como amo mis sabanas. Podía ver a mi alrededor estando entre ellas gracias a la luz que entraba en mi cuarto.

Dos Flechas Y Un Blanco (Yato/Yukine y tu) [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora