Aisuke Parte 2

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Narra Yukine:

-¿Por dónde se habrá metido?- me preguntaba mientras buscaba con la vista a mi alrededor al shinki.

-¡Yukine-kun!- me llamó una voz femenina.

-¡Hiyory!- corrí hasta ella.

-¿Encontraste a alguien?- pregunté angustiado. El tema de las ceremonias no es algo que cualquiera se toma por chiste.

-Daikoku y Mayu nos ayudarán. ¿Ya encontraste a Aisuke?- indagó la de ojos rozado jadeante, pues estuvo corriendo.

-No.- respondí decepcionado de mi mismo.

-Tranquilo, lo encontraremos.- dijo la estudiante posando una mano sobre mi hombro con una sonrisa consoladora.

Continuamos buscando, por las calles de la ciudad, hasta los parques menos visitados a esas horas de la noche. La noche cada vez se hacía más fría, incluso podía notar el humo que salía de mi cálida respiración.

-Tenemos que encontrarlo, si no nos apresuramos...- decía Hiyori mirando la pantalla de su celular.

-No lo digas.- pedí agachando la mirada. -No soportaría... No volverla a ver...- la chica me sonrió.

-Tontito, en el caso de que pasara, ella reencarnaría.-

-¡¿Cómo puedes decir eso?!- regañé alterado. -Creí que eran amigas. Se supone que deberías estar como yo, preocupado, a no, olvídalo, tu no sientes lo que yo siento.- un silencio se provocó entre nosotros.

-Lo siento, no pensé en lo que decía.- dijo la estudiante dándome la espalda. Alcé la mirada, buscando alguna excusa que nos llevara a otro tema.

-¡Aisuke!- grité al ver al de cabellos rojos arrodillado ante un árbol. Corrí hasta él, Hiyori me siguió por detrás. -¡Aisuke!- repetí jadeante y tocando mis rodillas. -Te estuvimos buscando...-

-Ya me encontraron. Ahora váyanse.- respondió frío el de ojos de color cobre sin mirarnos, su mirada estaba fija en las raíces del árbol.

-Claro que no.- dijo la mitad Ayakashi indignada.

-Tenemos que ir con _______.- añadí.

-Sin sufijos, ¿eh? Así te atreves a llamarla. Oh, había olvidado que pretendías algo con ella.- dijo +ecuánime+ el shinki.

-Deberías saber que a _______ nunca le gustaron los sufijos.- respondí volviendo a mi postura.

-_________, _________, todo es ________.- decía alzando poco a poco la voz, se notaba su molestia.

-Si, ella es a quien proteges, ¿no es así?- mi pregunta al parecer lo hizo reflexionar. Pues notamos como alzó la cabeza un poco. -Tú la protegiste esa noche. Como shinkis nos comprometemos a cuidar siempre de nuestros amos, tu lo hiciste, es hora de que lo demuestres.-

-Yo... La cuidé esa noche. Le dediqué canciones, la alimenté... Y luego ella...- dijo cambiando su tono triste a molesto. -Así me agradece, le prohibí verlos por su bienestar... Y los encuentro en mi casa, decidiendo un futuro juntos...- cada vez se oía más y más molesto. Y cuando volteó a vernos... Mi piel se erizó instantáneamente. Su rostro tenía un enorme ojo morado, y manchas del mismo color casi sin dejar ver su color de piel original. -¡Se supone que solo yo estaré junto a ella por siempre!- gritó lleno de odio. Sentí como Hiyori me jaló de mi suéter, evitando un ataque del contaminado. Salí corriendo detrás de la de ojos rosados, de vez en cuando volteaba a ver detrás de mi, y me encontraba con el alma maldita.

-Si sigue corriendo detrás de nosotros, podemos llegar a donde lo necesitamos.- decía la mitad Ayakashi sin perder de vista el rumbo.

Seguimos corriendo, la respiración se me complicaba. Parecía como si estuviera debajo del agua y tratando de aguantar la respiración hasta que encontrara aire.

Dos Flechas Y Un Blanco (Yato/Yukine y tu) [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora