Narra _______:
Era un hermoso atardecer de primavera, los cerezos estaban dando flores, decorando la vista del templo. Habían shinkis caminando, jugando y comiendo juntos, todos convivían entre ellos. Habían de casi todas las edades, desde niños hasta mayores de edad. El templo era muy grande, casi como una mansión, y para aquellos tiempos, era una mansión hermosa.
-Benzaiten... Ven con mamá...- decía una mujer hermosa de ojos azules y cabellos oscuros con una voz tierna y extendiendo sus brazos. Yo estaba parada en la entrada de la casa, mientras ésta mujer y un hombre de cabellos rubios y ojos verdes estaban sentados a la orilla de un pequeño lago. Corrí hasta ellos y sentí como el rubio me tomaba en sus brazos y me sentaba en sus piernas. En aquel entonces, yo tenía cuatro o cinco años.
-¡Que lindo pez!- dije al ver al animal nadando tranquilamente en el lago, a lo que a mis padres me miraron sonrientes. -¿Quienes son todos ellos?- indagué cuando vi a todos los shinkis.
-Son shinkis Aimi.- respondió mi madre.
-Tesoros divinos que sirven a los dioses.- completó mi padre.
-¿Tú eres un dios papá?- indagué llevando un dedo a mi boca.
-No, pero tu madre si.- indagó después de una risita.
-¿Enserio mamá?- indagué volteando a ver a la de ojos azules y ella asintió en respuesta. -¿Y yo?- pregunté emocionada.
-Tú amor, eres una diosa.- dijo la mujer cargándome para sentarme entre los dos.
-¿No puedo ser un shinki? Yo también quiero servirte como papá.- dije con esperanza de cambiar su opinión.
-Creo que eso no se podrá.- dijo mi mamá apenada. -Pero serás conocida en todo el mundo. Y papá y yo estaremos muy felices por ti.- animó acariciando mi cabello. Fue en eso cuando se acercó un chico de cabellos rojos y ojos color cobre.
-Así que eres tú.- dijo el chico agachándose a mi altura, pero yo no podía sacar mis ojos de los suyos, me llamaron mucho la atención.
-Benzaiten, te presentó a Akemisu-kun.- dijo mi papá.
-Es un placer.- dijo el de ojos color cobre tomando mi manita.
-¿Y sabes que es lo mejor Aimi? Hoy es su cumpleaños.- dijo la de ojos azules emocionada.
-Tienes un color de ojos extraño.- comenté sorprendida. -Pero a la vez son hermosos.-
-Muchas gracias Aimi.- dijo el chico sonriendo.
-¡Solo mamá puede llamarme así!- reclamé infantilmente abrazando a la mencionada, haciendo que los tres mayores que yo rieran en conjunto. Entonces comenzaron a escucharse gritos a lo lejos, pude sentir como mamá me abrazó con fuerza.
-¡Ah!- gritó mi madre llevando una mano a su vientre.
-¡Mamá!- exclamé al ver que algo andaba mal.
-¡Amateraterasu-sama!- gritó Akemisu.
-¡¿Qué ocurre?!- indagó mi papá.
-Señora, alguien está atacando.- dijo una chica adolescente corriendo hacia nosotros. Volteé a mi alrededor y pude ver que todos corrían despavoridos. Como si un lobo entrara a un gallinero y las pobres gallinas piden ayuda desesperadamente. Mi piel se erizó, no sabía exactamente lo que sucedía, pero ver a todos de aquella forma me causó miedo.
-Están.... Muriendo.- dijo el de cabellos rojos mirando a mamá mientras ella seguía quejándose por el dolor. -Iré a ayudar.- dijo el chico antes de salir corriendo a donde empezó el escándalo.
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Dos Flechas Y Un Blanco (Yato/Yukine y tu) [CORRIGIENDO]
FanfictionNarra _____(tn): "Mi corazón está dividido y mi mente confundida, no sé como pude enamorarme de dos personas al mismo tiempo, de alguna manera ambos se metieron en mi corazón pero solo uno se quedara en él. Ambos son tan diferentes pero especiales a...