Entre Lágrimas

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Narra ________:

Me levanté extrañamente más temprano de lo que suelo levantarme, por alguna rara razón, me desperté por ahí de las cuatro o cinco de la mañana. Solo recuerdo haber abierto los ojos y comenzar a dar vueltas en la cama. No puso haber sido mi "pesadilla" mitad recuerdos que tuve horas antes, pero tampoco porque siempre me levantara a esas horas.

Cuando me canse de dar vueltas en la cama esperando volver a dormir, me levanté y salí al patio de la casa, todos estaban durmiendo, a excepción de los shinkis que vigilaban por la noche.

-Hola chicos.- saludé a los veladores cuando estaba lo suficiente cerca de ellos para no despertar a nadie.

-_________-San.- dijeron los dos sorprendidos y algo alertados. Apuesto a que no esperaban una tercera voz aquella noche.

-Perdonen si los asusté.- dije apenada.

-No te preocupes.- dijo uno de cabellos y ojos oscuros.

-¿Ocurre algo?- indagó el otro de cabello rubio y ojos azules.

-No, simplemente que no puedo dormir, así que decidí salir.- respondí abrazando uno de mis brazos.

-Bueno... Puedes estar aquí afuera hasta que te de sueño.- propuso el rubio.

-Muchas gracias, entonces iré a caminar por ahí para no quitarles más tiempo, gracias.- me despedí con una mano mientras caminaba hacia atrás.

-No hay de que señorita.- dijo el de ojos oscuros. Comencé a caminar por el hermoso jardín de mamá. Y al ver que acababan de poner un estanque, no pude evitar quitarme mis zapatos y mojar mis pies. Amo el agua, por alguna razón era Diosa del agua. Después de haber jugado un poco, prendí la pantalla de mi celular, habían pasado apenas diez minutos. Así que me senté en la orilla sin sacar mis pies del agua y me puse a revisar mi celular.

-Hola ________.- llegó un mensaje. Parpadeé dos veces, ¿alguien hablándome a esas horas? Chequé quien era la persona que me hablaba a aquellas horas de la noche, y me sorprendí al ver que era Yato. Creo que sufrimos de insomnio. Así de decidí responder.

-Hola Yato.- respondí.

-¿Sigues despierta?-

-Extrañamente acabo de despertarme y no puedo dormir, ¿y tu?-

-Igual. ¿Qué haces?-

-Solo vagaba en el patio de mi amiga.-

-¿Puedes recibir un vídeo chat?- me sorprendí al leer eso, andaba en camisón y algo despeinada, en otras palabras, no en condiciones para que un chico súper guapo me viera.

-Claro.- me arreglé un poco, andaba en pijama pero ya que, luego entró la llamada y la respondí.

-Hola.- dijo el chico en cuanto respondí.

-Hola.- dije mientras movía mis pies de adelanta hacia atrás.

-¿Aburrida?-

-Algo.- dije después de soltar una risita.

-Perdón por lo de ayer.- tocó el tema el ojo azul.

-No te preocupes.- dije sonriendo incomoda, realmente no sabia que decir, por lo que sonó algo cortante mi respuesta.

-¿Cómo te sientes?- indagó al notar que me quedé sin palabras.

-Pues... No lo sé, me recordó una parte de mi vida que yo ya daba por superado.- respondí desviando la vista.

-Debí ponerme más alerta.- dijo Yato arrepentido, después de un pequeño silencio incomodó, decidí meter mi nariz por donde no me interesa.

-Esa niña.... Nora.... ¿Los une algún lazo?- indagué tímida.

-Ella....- comenzó a divagar mientras rascaba su nuca. -Somos amigos desde hace mucho tiempo.- terminó por responder.

Narra Yato:

-Y... Me imagino que Aisuke te contó lo que pasó con mis padres.- supuso la hermosa chica del otro lado del celular.

-Si...- respondí con un tono triste. En realidad, Aisuke.... Bueno... Él no me lo había contado. Yo ya sabía, pero se supone que es un secreto de ellos. -Lo siento.-

-Tranquilo, estoy bien.... Pero.... Se supone que solo Aisuke, algunas personas de confianza y yo sabemos.... ¿Por qué ella lo sabe? Incluso dijo que desde entonces no me había visto.-

-No lo sé...- dije fingiendo estar pensando en las respuestas.

-Yato... ¡¿Y qué tal que la persona que mató a mis padres la mandó a buscarme?!- dijo algo asustada, lo que hizo que me sorprendiera por su respuesta, pues no había pensado en eso.

-_______....- dije con el tal de detenerla.

-Que tal que se proponen a...- dijo antes de que ella misma cortara sus palabras con lagrimas. Me teletrasporté hasta el lugar donde ella estaba y la abracé, era tan bajita que su rostro quedaba entre mi pecho y mi cuello, así que aproveché para abrazarla tiernamente. -No lo soportaría otra vez.- dijo entre sollozos. -Prefiero que me pase lo que sea a mi pero no a nadie más.-

-Oye tranquila, no debes de decir tales cosas.- dije separándola de mi pecho para tomar sus hombros y verla a los ojos, ella solo desvió la mirada mientras sus lágrimas recorrían sus mejillas.

-No es malo querer cargar con todos los males que atormentan a otros.- respondió de manera seria. Dejé escapar una bocanada de aire y seguí.

-________, pasará lo que tenga que pasar, desde que te conocí no he podido pensar en nadie más que en ti, y tal vez por como se ha dado nuestra relación creas que simplemente te uso, pero realmente hay más cosas atrás, y no dejaré que nadie te aparte de mi.-

Narra ________:

Al escucharlo, la piel se me erizó y mis mejillas comenzaron a arder. Pero no podía arrojarme en sus brazos, no me confesaba su amor formalmente, posiblemente quería ser amigo de la chica con la que se estuvo acostándose a las pocas noches de haberla conocido. Pero parecía que en parte me decía lo mucho que significaba mi presencia a su lado. Sonreí mientras agachaba la mirada, haciéndolo reaccionar de lo que dijo.

-P-Perdón, no insinuaba nada.- dijo ruborizado y tratando de que olvide lo que dijo segundos antes.

-Esta bien... fue lindo lo que dijiste.- dije abrazando nuevamente uno de mis brazos sin dejar de ver al suelo, él al verme, se quitó su sudadera y me lo puso desde atrás.

-Póntelo, hay algo de frío.- dijo mientras me ponía la prenda. Yo acepté el gesto aún más sonrojada.

-Gracias.- dije tímida mientras me ponía la chaqueta. Luego sentí como dos manos se deslizaron por mi cintura y luego el cuerpo de Yato pegándose al mío por atrás, fue un abrazo tan inesperado y... Hermoso a la vez. Mi corazón latía con todas sus fuerzas, fue un gesto muy lindo de su parte al prestarme su chaqueta, y lo remató con el abrazo.

-Te prometo que siempre te protegeré.- dijo susurrándome al oído. Yo sonreí mientras abrazaba sus manos, quería que ese momento durara por años.

-Gracias Yato...- dije antes de que una lagrima diera por concluido mis preocupaciones al recorrer mi húmeda mejilla.

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Precioso lo se, XD

¡Siguiente capítulo...! 🎶

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Dos Flechas Y Un Blanco (Yato/Yukine y tu) [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora