The Factory Behind The Forest © (La Fábrica Detrás Del Bosque)

Encuentro 6 "Los Méndez"

"Lo que parecen"

Buscando las ramas para encender la chimenea de la cabaña, comenzamos a explorarla, obviamente no podíamos tomar ramas de fuera porque estaban mojadas, entonces, fue cuando decidimos buscar la reserva de aquí dentro, era un tanto acogedora e incomoda a la vez, sus paredes eran de madera como cual cabaña común, pero sus retratos antiguos y sus disecciones de vacas, toros y caballos, eran un tanto perturbadoras, y aunque no le daba buena imagen al sitio, lo hacía sentir como en casa.

— ¿Es sexy, ¿no?

— ¿Sophie? –Dije mientras caminábamos.

— Sí, trasero lindo Sophie.

— Es ardiente Kele, pero ya sabes, es mejor hacerte pasar por el difícil.

— ¿El difícil? Creo que eso no funcionó con Samantha, la chica del verano en Ohio ¿recuerdas?, ese día perdiste a un gran partido.

— No me lo recuerdes Kele, esa chica era perfecta, y debía coger como una diosa, pero, supongo que no debió ser –Comenté registrando el almacén de la cabaña.

— ¿Cómo no recordarlo? Eso te indica que no debes dejar pasar a ésta, es muy bella.

— Lo sé, lo sé, es solo que...

— Oh mierda, te gusta Michelle, eso es lo que pasa... ya veo –Dijo deteniéndose cerca de una podadora de la habitación.

— ¡No!, pero pienso que yo a ella sí, y ya sabes que no me gusta hacer sentir mal a otras personas si lo puedo evitar.

— Siempre lo mismo... ya la vas a perder, lo sabía, me decepcionas a veces amigo mío, yo no lo pensaría dos veces si Sophie me coquetease –Comentó tomando la reserva de ramas del almacén.

— Y de no tener a Natalia, supongo –Mencioné tomando un par de ramas adicionales.

— ¿Qué hay con Natalia? Sabes que mi novia no es un "Pero" para mí.

— Que sinvergüenza, te la cogerías con o sin Natty, ¡ese mi amigo! –Comenté divertido saliendo hacia el despacho de la cabaña para encontrarnos con las chicas.

— ¡Pues claro! Un bombón así no lo ves todos los di...

Y vimos pasar una sombra a nuestra derecha, por un pasillo que lleva a una de las habitaciones de la cabaña, no logramos distinguirla, pero ambos la vimos.

— ¡Woh!, si viste eso, ¿no es así Kele? –Pregunté, sin dejar de ver hacia el pasillo.